El proyecto pertenece al programa de vivienda protegida para jóvenes de la Comunidad de Madrid. Esta modalidad de vivienda en alquiler establece un estricto rango en la superficie útil de cada unidad de entre 35 y 55 metros cuadrados útiles. Se trata por tanto de un ejercicio de mínimos, en el que la compacidad y la eficacia de la planta de la vivienda son esenciales.

La parcela se corresponde con ‘media manzana’ del nuevo ensanche de Carabanchel. El previsible volumen en C de cornisa horizontal que se repite en el entorno se transforma en una ordenación más compleja, con piezas de distinta altura y profundidad que construyen un recinto interior rico en su volumetría y generoso en dimensiones y arbolado. La mayor parte de las viviendas se orienta a mediodía, en dos bloques situados en los extremos de la parcela y dos pequeñas torres situadas en el interior. Las más pequeñas se agrupan en un gran bloque lineal con galería orientada a naciente perfora en tres ocasiones con otros tantos jardines elevados que mejoran la ventilación de los tres patios abiertos interiores, aumentando el contacto visual y la transparencia hacia la calle. Un último bloque de menor altura se coloca paralelo al anterior y establece el cierre del patio arbolado frente a la parcela vecina. El empleo de un corto repertorio de huecos según una disposición repetitiva y la sobria materialidad constructiva imprimen un fuerte carácter neutro y abstracto al edificio. El desplazamiento del garaje a un lado de la parcela permite proyectar un patio con árboles de gran porte. La particular ocupación del subsuelo proporciona dos áreas claramente diferenciadas: sobre su cubierta se dispone un espacio lineal pavimentado de uso intensivo, mientras que el resto se resuelve con superficies permeables de terrizo, plantas arbustivas y arbolado de tamaño mediano y grande.

Una vivienda pequeña no es una reducción lineal de una mayor. Sus dimensiones exigen una organización específica, distinta de la común en vivienda familiar de VPO. El usuario homogéneo, joven, y su singular y también homogénea relación con la propiedad de la vivienda (alquiler con opción a compra) también determinan y modifican algunos convencionalismos acríticos que se emplean con mucha frecuencia en la construcción de viviendas. Así, la eliminación de los vestíbulos, que permite la disposición transversal entre dos fachadas de un espacio de cocina-comedor-estar unificado, o la posibilidad de empleo de sencillos paneles móviles, que permite un uso flexible de la superficie disponible, multiplican las prestaciones y la espacialidad de la vivienda.