La Central de Instalaciones aloja los equipos que darán servicio al resto de las dependencias de Matadero Madrid. Un anillo de galerías subterráneas visitables conecta las naves existentes a un edificio de nueva planta que agrupa la totalidad de la maquinaria pesada de producción de frío y calor, los centros de transformación, los centros de mando y protección eléctrica, los aljibes y las bombas del sistema contraincendios y de fontanería y el centro de telecomunicaciones. Se racionaliza así la gestión de las instalaciones del complejo, se reducen los consumos de energía y se evita la aparición de ‘parásitos’ técnicos sobre la valiosa arquitectura preexistente.

El edificio materializa la esquina noroeste del recinto cerrado del Matadero. Esta posición permite definir un nuevo punto de acceso al recinto desde el río. El sólido capaz resultante de las proyecciones de las alineaciones, alturas de cornisa y tapias existentes es un prisma de 20 x 50 metros en planta y 6.85 metros de altura, que proporciona algo menos de la mitad del volumen necesario para alojar el programa. El resto se sitúa bajo rasante, en plantas que se iluminan y ventilan a través de un patio inglés de 4,50 x 50 metros, cuya cubierta se reviste con una trama metálica.

La expresión constructiva es deliberadamente neutra. El granito de fachada reproduce a una escala mayor y con algunos matices la solución adoptada en los revestimientos verticales de Madrid Río. Las celosías que protegen los escasos huecos de la fachada son en realidad la extensión de las verjas delimitadoras del recinto, reforzando así el carácter fronterizo del propio edificio. En el interior, se emplean únicamente dos revestimientos: chapa minionda perforada y galvanizada sobre paneles de material fonoabsorbente en salas de máquinas, y paneles de madera-cemento en oficinas y espacios distribuidores.