Inmortalizado por el cine en multitud de ocasiones, el rascacielos residencial de lujo que proliferó en Estados Unidos en los años treinta, carece prácticamente de paralelos en Europa, donde en muchos lugares la vivienda en altura es aún sinónimo de alojamiento de bajo coste y gueto social. En un intento de recrear el carácter exclusivo del ejemplo americano, una torre de apartamentos de alquiler con conserje y servicio de habitaciones las 24 horas del día, se ha construido en Frankfurt sobre la orilla sur del río Meno, haciendo uso de un tipo edilicio que en la ciudad se asocia a las sedes corporativas del corazón financiero de Alemania.
En su implantación, la torre se asemeja a los campaniles exentos de las iglesias italianas, posándose sin mediación sobre la plaza de piedra habilitada sobre los terrenos del antiguo matadero. De veinticuatro plantas y noventa metros de altura, esta pieza residencial se distancia de los prismas ligeros de vidrio que identifican el distrito financiero de la ciudad en la orilla opuesta del río con una envolvente masiva que refleja su organización interna en una composición tripartita de base, fuste y coronación. De planta octogonal, la base alberga el bar y el restaurante en la planta baja, la administración y los servicios en la primera planta y una serie de pequeñas suites para estancias cortas. Los ocho lados de la base se multiplican por dos en el fuste de la torre dando lugar a una planta de geometría poligonal que se separa del perímetro inicial en sucesivas aristas. El desdoblamiento del perímetro alcanza su máxima complejidad en la coronación, donde en escalonamientos sucesivos aparecen las terrazas de los áticos. Un total de 136 apartamentos de entre 40 y 180 metros cuadrados disfrutan así del verdadero lujo de esta construcción: la espectacular panorámica de la ciudad presidida por los rascacielos del distrito financiero, una vista inaccesible por lo general a los residentes del tapiz de vivienda unifamiliar que se extiende entre las ciudades de Frankfurt, Darmstadt y Wiesbaden formando una de las mayores conurbaciones europeas.
Una piel de ladrillo de clínker —un material poco habitual en esta zona del país— se ciñe al edificio siguiendo la tradición americana más clásica. Pilares, antepechos, forjados, zunchos y vigas aparecen reflejados en la envolvente mediante cornisas, pilastras y líneas de imposta que desdibujan el volumen en un entramado de líneas superpuestas. Un total de 146 piezas cúbicas de latón pulido rematan en lo alto cada una de las aristas que subrayan la verticalidad de la torre, en un guiño más a ejemplos conocidos del otro lado del Atlántico...[+]
Cliente Client
Aachener und Münchener Lebensversicherung
Arquitectos Architects
Hans Kollhoff, Helga Timmermann
Colaborador Collaborator
Eiko Behrens
Consultores Consultants
Müller Marl (estructura structure); Petersson & Ahrens (instalaciones mechanical engineering); Drees & Sommer (gestión de proyecto project management)
Fotos Photos
Ivan Nemec