Plaza Walter Benjamin, Berlín
Kollhoff & Timmermann 

Plaza Walter Benjamin, Berlín

Kollhoff & Timmermann 


En el barrio berlinés de Charlottenburg, Italia se ha instalado en el corazón de Prusia. Frente a la tradición que a partir del siglo XVIII inundó el norte de Alemania de Schmückplätze, o plazas adornadas con un centro ajardinado, la Walter Benjamin Platz se abre ahora en un zona consolidada del oeste de la ciudad con la intención de convertirse en ese ámbito pétreo y vital que hace tan atractivas las piazzas de la Toscana para el viajero alemán. El amplio pasaje peatonal corta dos manzanas para reivindicar el espacio vacío como escenario desnudo del dominio público, uniéndose a las plazas del Gendarmenmartkt y a la trilogía formada por el Quarré del Pariser Platz, el Octógono de la Leipziger Platz y el Rondel de la antigua Belle Alliance.

Ofreciendo un marco neutro para la celebración de mercados, fiestas o como expansión de los cafés y restaurantes de la planta baja, la nueva plaza quiere ser un paisaje neutro, construido de casas. Las dos manzanas que cierra —formadas por los típicos patios berlineses ajardinados y con construcciones marginales en U— adquieren con la intervención un frente homogéneo que funde en una unidad las distintas parcelas de las que consta. Una cortina edilicia rítmica y severa obvia las diferencias morfológicas que cabría presumir en el extenso programa de aparcamiento subterráneo, tiendas, restaurantes, viviendas, oficinas e incluso un jardín de infancia. Un total de entre cinco y seis plantas descansan sobre un frente de soportales de doble altura que dilata la dimensión transversal del paisaje urbano, articulando el encuentro de la plaza y los edificios. Como una suerte de deambulatorio perimetral, la galería porticada ofrece cobijo frente a los rigores del clima berlinés al tiempo que actúa de transición entre el dominio público de la plaza y el mundo más doméstico de los patios de manzana. Como también es frecuente en Italia, una embocadura de sombra deja atisbar la vegetación de los jardines privados desde la alfombra monocroma del espacio público.

La unidad espacial se confía al empleo de la piedra arenisca gris—la llamada pietra serena—tanto en el pavimento como en los paramentos verticales. Con la misma intención, la modulación impuesta a las fachadas subraya el carácter tectónico del conjunto imponiendo un ritmo a los huecos y asignando el mismo espesor a sus jambas, de manera que todo se subordina al telón de fondo que quiere ser la plaza. Una balaustrada remata la edificación para enmarcar una porción de cielo sobre esta suerte de salón público, que mitiga la severidad geométrica y material con la fuente y el árbol de sus extremos... [+]


Cliente Client

Grundbesitz Investitionsgesellschaft Leibniz Kolonnaden

Arquitectos Architects

Hans Kollhoff & Helga Timmermann

Colaboradores Collaborators

B. Tyrra

Fotos Photos

Ivan Nemec, Werner Bernd