El mefistofélico pacto del arte con la mercadotecnia resucitó el interés por Yayoi Kusama, una mujer que despuntó en el Nueva York de la contracultura pero de la que apenas se sabía nada fuera de los círculos informados hasta que Louis Vuitton sacó una línea de bolsos con sus famosos lunares. El furor actual por este icono pop no empaña sin embargo el universo obsesivo y reivindicativo de la nonagenaria nipona, al que uno puede asomarse en la retrospectiva que dedica el Guggenheim bilbaíno hasta el 8 de octubre.
Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy