Hay ‘artistas zorros’ y ‘artistas erizos’. Los primeros van quemando etapas, saben muchas cosas; los segundos saben una sola y gran cosa, se ciñen a un único descubrimiento al que consagran toda su carrera. A esta última categoría pertenece, sin duda, Giorgio Morandi, gran referencia del bodegón moderno, al que el Museo Guggenheim dedica estos días una muestra que confronta la obra del pintor italiano con la de grandes maestros de la pintura como Chardin y los pintores españoles del siglo XVII, inventores, en buena medida, del género del bodegón. La muestra podrá verse en Bilbao hasta el 6 de octubre.