Rafael Moneo. Paisajes culturales
Si hubiera que asociar la obra de Rafael Moneo con una sola palabra, esta sería ‘contexto’. En su doble sentido: la atención al contexto como la capacidad material de intervenir de una manera sensible en lugares y paisajes distintos; y la atención al contexto como la capacidad espiritual de hacerse eco, a través de la arquitectura, de la cultura de cada sitio. Desde los inicios de su carrera, marcados por las lecturas fructíferas de Aldo Rossi y Robert Venturi, el contexto ha determinado los edificios de Moneo. Y los sigue determinando ahora que su estudio debe trabajar en los escenarios de la globalización. Así lo demuestran las dos obras seleccionadas en estas páginas, ligadas al concepto de ‘paisaje cultural’ y que el propio autor comenta con su maestría habitual: la bodega Descendientes de J. Palacios en Corullón, en la comarca del Bierzo, que sabe leer el paisaje y da expresión a esa cultura del vino que Moneo conoce bien; y el edificio en la Schinkelplatz, que resuena a través de su geometría y materialidad con el singular entorno en el que se ubica, dialogando con la tradición arquitectónica y urbana de una ciudad tan culturalmente pujante como Berlín.