Nacido en Madrid en 1960, José Manuel Ballester adquirió en primer lugar formación pictórica, interesándose por versiones modernas de la tradición figurativa europea. A partir de comienzos de los años 1990 comenzó a simultanear pintura y fotografía, imágenes mecánicas y manuales, fotografía digital y analógica, con una fuerte componente pictoricista y la presencia irrenunciable de la arquitectura. Aunque más puntuales, también ha realizado incursiones en el videoarte y la escultura monumental, siempre con una evidente impronta arquitectónica. Entre la vieja tecnología de la pintura, con referencias específicas a la figuración europea de los siglos XVI y XVII y los procesos fotográficos, analógicos o digitales, el trabajo de José Manuel Ballester se mueve entre lo contemporáneo y el poso del pasado.

En su vertiente fotográfica, trabaja sólo con construcciones actuales, potenciando con sus valores formales el aire del zeitgeist contemporáneo, mientras que, cuando aborda el trabajo en pintura, aprovecha su lenguaje específico, su espesor histórico, para representar también edificios del pasado. En 2010 recibió el Premio Nacional de Fotografía. Si bien el tema clave de la pintura y las fotografías de Ballester es la arquitectura en todas sus variantes, el artista madrileño también ha desarrollado otros temas, como figuras aisladas, retratos y especialmente paisajes en los que enfatiza el espacio natural incontaminado de modernidad pero muy marcado por referencias pictóricas, especialmente en la tradición romántica, en clara contraposición a sus característicos temas urbanos. También realiza naturalezas muertas en las que un leve impulso alegórico le conduce a representar los instrumentos del pintor, o composiciones metafísicas con cajas de medicinas...