Actualidad  Sociología y economía 

La sede del BCE en Frankfurt

Capital deconstruido

30/04/2015


Concebida al mismo tiempo que nacía el euro —y construida en Frankfurt como concesión a una Alemania temerosa de perder el marco—, la sede del Banco Central Europeo se ha inaugurado en el peor de los momentos posibles. El descrédito del proyecto europeo y de la moneda que es su principal emblema, unido a la frustrante crisis de los últimos siete años y a la emergencia de movimientos políticos que desafían al Sistema, fueron factores que, el día en que se inauguraba el edificio, desembocaron en algo, por lo demás, previsible: las barricadas. Las barricadas que materialmente levantaron los manifestantes más extremos, y las que mentalmente quisieron tal vez erigir muchos ciudadanos al conocer que la flamante construcción de 185.000 metros cuadrados había costado 1.400 millones de euros, casi el doble de lo previsto, con un ratio de unos 7.000 euros/metro cuadrado.

Catalogado como ‘deconstructivista’ (un buen adjetivo para definir hoy la economía) y formado por una torre de 185 metros (emblema, en este caso, fálico-financiero) y un zócalo de volúmenes volados enfáticamente, el edificio era, en sí mismo, difícil de presentar en estos tiempos, pero nadie preveía que su autor, Wolf D. Prix, director de Coophimmelb(l)au, ayudaría tan poco a hacer más tragable la píldora. Preguntado por los periodistas, Prix declaró el año pasado que su edificio sugería el juego de pases cortos del Barcelona de Guardiola, y que «era clavado a Messi»: una boutade que en otros tiempo sólo causaría sonrojo, pero que hoy invita casi a la insurrección.


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