Los cambios sociales suponen el abandono de mucho conocimiento acumulado y asumido en forma de hábitos. La vivienda ha sufrido estos cambios; primero fue la desaparición del servicio doméstico, después la entrada masiva de la mujer en el mercado laboral, más tarde la multiplicación de las formas de ocupación y hoy la reducción brutal de su tamaño. En el estado- nodriza se espera que la administración nos resuelva las consecuencias indeseadas de esos cambios y la respuesta habitual es la acumulación de normas que intentan paliar sus efectos. Pero es muy difícil sustituir la vida por la norma. El proceso parece irreversible pero el camino es difícil y los resultados dudosos. La distancia cada vez mayor entre redactores y realidad hace posible un autismo que se satisface en su propia producción... [+]