El vidrio, por sí solo, no garantiza el adecuado nivel de confort térmico del espacio interior. No lo hizo hace cien años, cuando la composición purista del Movimiento Moderno despreció siglos de experiencia en el diseño de filtros imponiendo el esquemático pan de verre. Pero tampoco lo hace hoy cuando los vidrios han mejorado sustancialmente su capacidad de control solar y protección térmica, pero sin acercarse a las exigencias que el ahorro energético nos impone. Y todo ello con unos incrementos de coste cada vez más impagables y menos rentables...[+]