Vidrio, el material del siglo
La obsesión por la tersura
El vidrio ha sido el material del siglo XX y probablemente lo será de gran parte del XXI. Se dice que su éxito radica en su transparencia y la consecuente inmaterialidad, pero me atrevo a asegurar que es la tersura y, en todo caso, el brillo, lo que nos ha cautivado.
En la ciudad o en el paisaje un edificio de vidrio casi nunca es transparente. Sólo lo es cuando el interior está más iluminado que el exterior: ese momento en el que sólo se ven las aburridas luminarias del falso techo y se perfilan los trastos acumulados contra las vidrieras. Los fotógrafos modernos están cambiando esta percepción tan negativa; debo aceptar que están triunfando las imágenes nocturnas en las que el edificio se convierte en un espectacular objeto luminoso. Empieza uno a pensar que algunos edificios están concebidos para esos efectos. Probablemente es el caso de la Elbphilharmonie de Herzog y de Meuron, en Hamburgo, que se incluye en este dossier...