Exposición  Arte y cultura 

La mano que piensa

Rafael Moneo, una exposición retrospectiva

Francisco G. de Canales 
31/01/2014


Museumquartier-Messepalast, Wien, Austria (1986)

Desde el 24 de octubre hasta el 30 de marzo podrá visitarse en la Fundación Barrié de la Maza de La Coruña la exposición ‘Rafael Moneo: una reflexión teórica desde la profesión’. Planteada como un recorrido a través de los materiales del archivo de la oficina, se trata de la primera gran retrospectiva del arquitecto navarro.

La exposición narra la historia profesional de un arquitecto que buscó definir una aproximación al proyecto arquitectónico sobre una base disciplinar estable en medio de las condiciones cambiantes de su época, tomando la difícil posición de reivindicar la arquitectura como cultura y como forma específica de conocimiento. Sin embargo, esta narración no sólo extiende ante nuestros ojos la obra de un arquitecto en particular, sino que también refleja una parte importante de la historia de la arquitectura reciente a través de su mirada. Desde las tendencias organicistas y estructuralistas de las décadas de 1950 y 1960 y los discursos italianos sobre la ciudad, hasta la ansiedad teórica de los arquitectos de la Costa Este americana en las décadas de 1970 y 1980, a la creación del star system global de los años 1990, la exposición muestra cómo el arquitecto resiste, refleja y absorbe estos intereses diversos para conformar una reflexión cultural propia. La selección pone también un énfasis especial en la importancia del dibujo como herramienta fundamental de la que el arquitecto se ha valido para desarrollar su trabajo, y como medio para definir su pensamiento.

Si se tuviera que decidir un tono apropiado para introducir el trabajo de Rafael Moneo, elegiría uno épico más que lírico. El motivo de tal calificación no se basa en una supuesta condición heroica de la obra, sino en el hecho de que el artista épico necesita siempre alimentar su práctica con conocimientos y experiencias que ha vivido, con los hechos y circunstancias que ha sido capaz de conocer a través de su existencia. Es así que cuanto más ha conocido, más es capaz de tomar en consideración en su propia narración. El trabajo de Moneo se despliega por tanto de modo similar: evoluciona y se transforma como uno de los más precisos dioramas de sus tiempos, lugares y circunstancias.

Los años formativos

Como joven arquitecto, Rafael Moneo (1937) comenzó su carrera desarrollando el organicismo propio de la llamada ‘Escuela de Madrid’: una arquitectura funcionalista que buscó formas expresivas sin salirse de la lógica moderna de la honestidad constructiva. Sus años con Saénz de Oíza trabajando para Torres Blancas (1958-61), la elección de Jørn Utzon en Dinamarca como siguiente destino laboral para participar en el proyecto de la Ópera de Sídney (1961-62) y su esporádica colaboración con Fernando Higueras en el Centro de Restauración (Premio Nacional de Arquitectura 1961) se identifican claramente con esta tendencia.

Es, por tanto, este organicismo, que busca recuperar una modernidad verdadera inspirado principalmente en Wright y Aalto, lo que puede apreciarse en los proyectos tempranos de Moneo como el Concurso para la Ópera de Madrid (1964), la Fábrica de Transformadores Diestre (1964-7), la Casa Gómez-Acebo (1966-68) o las Escuelas en Tudela (1966-71). Esta sensibilidad orgánica se encuentra a veces entrecruzada con una aproximación sistemática estructuralista, también típica de la arquitectura española de la época, presente en la Ampliación de la Plaza de Toros de Pamplona (1966-67) o el Concurso para el Ayuntamiento de Ámsterdam (1967-68).

Concurso para la Ópera de Madrid (1962)

No obstante, Moneo nunca se rindió definitivamente a la Escuela de Madrid, y esto puede ya verse en su propuesta para un Centro Emisor en la plaza del Obradoiro de 1962. Aunque el proyecto manifieste aspectos típicos del organicismo madrileño filtrados por una expresividad muy personal, la delicada articulación y fragmentación de piezas en relación con el contexto, su modesta escala y su cuidadosa elección constructiva muestran la temprana sensibilidad de Moneo por el contexto urbano, y su creencia en una arquitectura que emerge de asumir sus propias circunstancias. El proyecto del Obradoiro llevará a Moneo a Roma como pensionado de la Real Academia de España (1963-65), aunque el eco de los discursos intelectuales italianos no empezará a sentirse en su trabajo hasta finales de los años 1960. 

Una expresión propia

A finales de la década de 1960 Moneo se centró en la preparación de un concurso de Cátedra. Esta fue la primera ocasión en la que pudo poner en orden su pensamiento arquitectónico. El resultado de esta reflexión fue un programa de enseñanza del proyecto que le otorgó la Cátedra de Elementos de Composición en la Escuela de Barcelona en 1970. En su programa, Moneo sitúa la historia como centro de su aproximación al proyecto, considerándola un cuerpo de conocimiento que provee a los arquitectos con un conjunto de soluciones ya ensayadas por otros. Este posicionamiento se reflejará también en su obra, y el uso directo de soluciones previamente empleadas por Asplund, Gardella, Terragni, Sullivan e incluso arquitectos contemporáneos como Rossi, Venturi o Stirling empezará a aparecer recurrentemente en sus proyectos.

El nuevo modo de trabajo supondrá también un cuestionamiento de la coherencia formal del organicismo de la Escuela de Madrid y la reconsideración de la composición como herramienta de proyecto capaz de articular una arquitectura hecha de diferentes partes. Pero aparte de la composición, Moneo requerirá también una nueva teoría de la forma arquitectónica capaz de dotar a sus edificios con un principio estructurante una vez la integridad de los mismos ha sido atomizada en partes. Este principio estructurante será interrogado a través del concepto de tipología y conocidos ensayos como ‘Sobre la noción de tipo’. 

El organicismo inicial de proyectos como el Centro de Emisión en Santiago dejó paso a un lenguaje propio, atento al contexto y a los tipos, y patente ya en la Sede de Bankinter o en las propuestas urbanas en Zaragoza o Eibar.

La relación de Moneo con el urbanista barcelonés Manuel de Solà-Morales fue también instrumental a la hora de absorber los discursos italianos sobre la ciudad. La colaboración empezó con una prometedora propuesta para la remodelación del casco antiguo de Zaragoza (1969-70).

 Una fuerte aproximación tipológica al proyecto puede encontrarse en el polígono residencial del Actur de Lacua, en Vitoria (1976-80), también con Solà-Morales, o en el bloque residencial Urumea (1969-73) en San Sebastián. La influencia de los arquitectos italianos es palpable en proyectos como el Concurso para la Sede del Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa (1973) o la Remodelación del Centro de Eibar (1973-74). 

Eibar, Renovación del centro Urbano (1973-74)

Sin embargo, es en los proyectos más destacados de la época, como Bankinter (1973-77) o el Ayuntamiento de Logroño (1973-81), donde esta nueva aproximación al proyecto alcanza su máximo potencial. Son edificios en los que la libertad compositiva de partes posibilita la incorporación de fragmentos de arquitecturas ya ensayadas, de los requerimientos del programa, y de las particularidades del contexto, pero todo ello sin perder la integridad del edificio como una entidad formalmente definida en el tejido de la ciudad.

La escena internacional

En el curso 1976-77 Moneo se tomó un año sabático en la Escuela de Barcelona, aceptando la invitación de Peter Eisenman para acudir al Instituto de Arquitectura y Estudios Urbanos de Nueva York. Durante esta primera estancia en América Moneo fue invitado por John Hejduk como profesor visitante en la Cooper Union, y en Princeton al año siguiente. El contacto con ellos, aparte de Gandelsonas, Silvetti, Vidler y arquitectos europeos como Stirling y Koolhaas, le abrió nuevas perspectivas intelectuales.

A finales de los años 1970, los debates arquitectónicos en la Costa Este estaban marcados por el énfasis en la teoría y la especulación gráfica, llegando a minusvalorarse la propia obra construida. Aunque Moneo siempre rechazó la independencia de la teoría respecto a la construcción, reivindicando una posición teórica derivada de la experiencia constructiva, estos primeros contactos con la escena americana y su apertura a una discusión arquitectónica más amplia le permitieron inhibirse de muchos de los prejuicios de la comunidad arquitectónica más cerrada de la que procedía. En 1980 dejó Barcelona para hacerse cargo de la cátedra de Composición en Madrid. Desde entonces su eje de acción es Madrid-Nueva York.

Plan de ordención de la rúa Vieja de Logroño (1979-1982)
La apertura internacional de Moneo no ha mermado su compromiso con el contexto, presente, entre otras, en el plan para Logroño, la ampliación del Banco de España, el Museo de Estocolmo o el Messepalast de Viena. 

Starting in the late 1970s, reflections on typology and urban morphology, still present in his plan for the Rúa Vieja in Logroño (1979–82), coincided with more controversial projects, such as the enlargement of the Bank of Spain headquarters in Madrid (1978–80) or the proposal for the Cannaregio in Venice (1978–79), Moneo’s first international hit.

Desde finales de la década de 1970, en la obra de Moneo se superponen a las reflexiones sobre tipología y morfología urbana aún presentes en su Plan de Ordenación de la Rúa Vieja de Logroño (1979-82) otras propuestas más polémicas, como la Ampliación del Banco de España en Madrid (1978-80) o el proyecto para Cannaregio en Venecia (1978-79), el primer éxito internacional de Moneo. En estos años la arquitectura de Moneo alcanza una mayor complejidad formal y lingüística, evidente en la Previsión Española en Sevilla (1982-87) o el Banco de España en Jaén (1980-88). Pero es sin duda en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (1980-6) donde se hace más patente. La estructura del edificio, definida por una axonometría al modo de Choisy, condensa escalas, capas urbanas y sistemas constructivos, como si la propia condición del edificio pudiera absorberse en una única pero extremadamente compleja entidad formal.

La experiencia americana

Los primeros contactos transatlánticos fueron fructíferos para Moneo: en 1985 fue nombrado director del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Harvard, por lo que se trasladó a vivir a Cambridge, Massachusetts, donde permaneció cinco años. Con la llegada de Moneo se pretendía recuperar la importancia de la obra construida y la necesidad de restablecer una relación entre pensamiento teórico y construcción frente a la mera especulación gráfica tan presente entonces en las universidades norteamericanas. Este fue igualmente el tema principal de su discurso inaugural en Harvard, ‘La soledad de los edificios’.

La experiencia americana no sólo supuso un volver a tomar conciencia de la necesaria relación entre el pensamiento arquitectónico y la construcción, herencia de su formación en la Escuela de Madrid, sino también un nuevo modo de ver la ciudad y la escala derivados de su viaje a América. Desde mediados de la década de 1980, los edificios de Moneo empezarán a estar más liberados del dictado directo de la consistencia morfológica de la ciudad. Algunos proyectos optarán por escalas más contundentes y se convertirán en grandes piezas infraestructurales, como Atocha (1984-92), en contenedores urbanos de extraordinaria escala, como L’Illa Diagonal en Barcelona (1987-94 —en colaboración con Solà-Morales)—, o en accidentes geográficos más que urbanos, como el Kursaal de San Sebastián (1990-99). Otros proyectos se articularán incluso como negaciones del contexto urbano próximo, como es el caso del concurso Progetto Bicocca de Milán (1985), o con mayor sutileza la Fundación Joan y Pilar Miró en Palma de Mallorca (1987-92) o l’Auditori de Barcelona (1987-99). En aquellos años en Harvard Moneo comenzó también a promover su carrera fuera de España, participando en concursos internacionales con cierto éxito, aunque las primeras construcciones internacionales no llegarían hasta la década siguiente.

Una práctica global

Obligado por sus proyectos en España, en 1990 Rafael Moneo dio por concluido su periodo como director del Departamento de Arquitectura de Harvard regresando definitivamente a Madrid. Empezaron entonces los años de reconocimiento internacional, y la concesión de numerosos galardones prestigiosos incluyendo el premio Pritzker en 1996. Paralelamente, Moneo comenzó a construir encargos relevantes a nivel mundial, convirtiéndose en una figura reconocida en el emergente star system global. No obstante, cuanto más se integraba en esta escena global más derivaba su discurso hacia la importancia del lugar en la construcción en el proyecto, y sus reflexiones más importantes en esta época, como la conferencia ‘El murmullo del lugar’, reivindicaban precisamente esa posición.

Para Moneo el lugar no dicta necesariamente una respuesta directa sobre la arquitectura que debe ser hecha, sino que debe ser interpretado, recíprocamente construido y a veces incluso confrontado. Es por ello que Moneo prefiere a menudo usar otros términos menos cargados como ‘apropiado’ más que ‘contextual’, o ‘sitio’ en vez de ‘lugar’. Vinculados a estas reflexiones, los proyectos del periodo estarán profundamente imbuidos por este espíritu que emerge de las condiciones del sitio. La sutil articulación del alzado en relación con la visión desde la ciudad del Museo de Arte Moderno y Arquitectura de Estocolmo (1991-98); el abstracto retablo que negocia la cargada situación entre la catedral y el palacio episcopal en la Ampliación del Ayuntamiento de Murcia (1991-98), o la compacidad del Museo de Bellas Artes Audrey Jones Beck (1992-2000) en la dispersa retícula urbana de Houston pueden servir como manifestaciones construidas de las reflexiones teóricas antes mencionadas. Una actitud que no sólo estará presente en estos edificios, sino en aquellos proyectos como la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles (1996-2002), la Ampliación del Museo del Prado (1998-2007) o el más reciente Edificio de Laboratorios Universidad de Columbia (2005-2010) que introducirán esta práctica profesional global en el siglo XXI. 



Etiquetas incluidas: