El espíritu de los tiempos
«Lo definitivo de su expresión transforma las construcciones de Mies en objetos platónicos, que parecen anunciar principios esenciales e imperecederos de lo arquitectónico. Pero, al mismo tiempo, estos objetos, sometidos a un proceso de formalización artístico muy estricto, transmiten una extraordinaria sensibilidad del espacio, el volumen y las relaciones, que no sólo exige contemplación, sino también un movimiento que se apropie del espacio. Vistos así, estos edificios reflejan —tal como lo expresa Mies en el año premonitorio de 1933, en el ejemplo de la articulación espacial de sus viviendas con patio— un “grado de libertad ganada” del individuo moderno, “del que ya no podemos prescindir”. (...) Elevar la arquitectura a expresión de una decisión intelectual significaba que el arte de construir quería ser conquistado, en primer lugar como idea.»
Fritz Neumeyer, Mies van der Rohe: la palabra sin artificio, 1986.[+]