Opinión  Arte y cultura 

China 2025

Seis acuarelas


Foster+Partners, Aeropuerto Internacional de Pekín

Visité el país por primera vez en 1978, invitado por el Partido Comunista de China. Era un momento de tránsito, porque Mao había muerto dos años antes y Deng Xiaoping estaba en proceso de afianzar su poder. En un Pekín bajo la nieve recorrimos la Ciudad Prohibida, comprobamos que su metro no es tan ostentoso como el de Moscú y escuchamos las opiniones de los dirigentes chinos sobre política internacional, para trasladarnos a Shanghái, donde los grandes andamios de bambú de las construcciones en altura no podían dejar de impresionarnos. Admirábamos la China que habíamos descubierto en los libros de Edgar Snow, los documentales de Joris Ivens e incluso en las historias de la ciencia de Joseph Needham, y el año siguiente publiqué en Hermann Blume dos libros que reunían las preocupaciones de entonces, Ciudad y territorio en China, traducido del italiano, y Ciencia y pueblo en China, del inglés.

Pero tardaría tres décadas en regresar, y no lo haría hasta 2010 con ocasión de la Expo de Shanghái, en un viaje que extenderíamos a Pekín para visitar las arquitecturas de los Juegos Olímpicos celebrados dos años antes. Solo un año más tarde volvería a la capital para participar en el jurado de la nueva sede del Museo Nacional de Arte de China, donde era por cierto el único europeo. De estas experiencias recientes daría buena cuenta en El País y en Arquitectura Viva, con más de una docena de artículos y otros tantos números aparecidos a lo largo de los últimos veinte años. Tres de los dosieres estaban dedicados a Vector, una oficina de Pekín a la que hemos prestado especial atención, y ha sido a invitación suya que durante el mes de junio hemos visitado seis ciudades del país que aquí se recogen en forma de pequeñas acuarelas impresionistas...[+]


Etiquetas incluidas: