Opinión 

Casas de cuento de hadas

Apuntes para una literatura redomesticada

Izaskun Chinchilla 
30/06/2007


Por adelantar conclusiones, empezaremos por el final: propondremos un cambio de sentido en el vector que dibuja la influencia de la casa en su medio. La psicología cognitiva define la vida humana como una escalerita que permite dar coherencia a las cosas que vemos. Dominamos, de forma consecutiva, lenguaje, proposiciones teóricas o saberes especializados, hasta alcanzar horizontes de sentido crecientemente significativos. La madurez consiste en haber construido un universo simbólico suficientemente rico para dotar de totalidad a la interpretación del entorno. Aquí, el fenómeno de la proyección se generaliza: otorgamos a la realidad formas de comportamiento que coincidan con nuestros modelos. La vivienda ha sido la horma del mundo, exportando sus normas a esferas sociales, urbanas y naturales. Las especies botánicas se organizan en familias, la geografía humana en recintos cerrados, la política en castas y linajes. Miles de mecanismos aseguran la coherencia entre el mundo exterior y el íntimo, deformando la realidad hasta que se parece, lo más posible, a nuestras casas. Por el contrario, podríamos idear casas deformables por el mundo. Aunque esto ocurre de hecho, la recalcitrancia de modelos de vivienda obsoletos sigue reclamando un mundo a medida. El vector se ha obstruido en un sentido... [+]


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