Ver a un arquitecto recogiendo de manos del príncipe —o princesa— de Asturias uno de los premios que llevan su nombre es un acontecimiento un tanto frecuente. Tras los pasos de Niemeyer, Oíza, Calatrava, Foster, Moneo y Gehry, se ha conocido que en octubre le llegará el turno a Shigeru Ban. Lo que sorprende esta vez es que al tokiota no se le conceda el galardón, como a sus predecesores, en la categoría de ‘Artes’ sino en la de ‘Concordia’, celebrando la vocación humanitaria y sostenible de sus construcciones de cartón: un recordatorio de que la buena arquitectura puede servir tanto a aspiraciones sublimes como a la causa de los más necesitados.[+]