Shigeru Ban
No era corta la lista de arquitectos con el Premio Princesa de Asturias, pero la edición de 2022 sumó a los nombres de Niemeyer, Oíza, Calatrava, Foster, Moneo y Gehry el de Shigeru Ban, aunque no lo hiciera en la categoría de las ‘Artes’, sino en la de ‘Concordia’. Como anunció la fundación responsable de los galardones, con el concedido a Ban se quiso reconocer sus proyectos volcados en la sostenibilidad, así como su ayuda durante emergencias y crisis humanitarias, y en general el impacto de la arquitectura del japonés en la sociedad. Nacido en Tokio en 1957, Ban se formó como arquitecto en los Estados Unidos durante los setenta, antes de volver a su ciudad para fundar en ella su primer despacho profesional. Su momento de conversión llegó pronto, cuando se enteró de que tres millones de refugiados vivían en Ruanda a la intemperie y se plantó en las oficinas de la ONU en Ginebra con una propuesta: una estructura de tubos de cartón que evitaría la deforestación de los bosques ruandeses. Fue la primera vez que se usó un invento que se convertiría en uno de los sellos de su trayectoria. Ese mismo año 1995 volvió a emplearlo en su propio país, tras el terremoto de Kobe. El resto de la historia es conocido.
AV Monografías 195: Shigeru Ban
El Cultural: Shigeru Ban, de la arquitectura de urgencia a los encargos de las élites