Desde su primera convocatoria en 1988, los premios Europan han sido, para los arquitectos jóvenes, una oportunidad de oro de construir su primer edificio importante, ya fuera en su país de origen o en el extranjero. Hoy en día es mucho menos probable recibir un encargo real aun con un proyecto merecedor de un primer premio, y la recompensa se ha reducido prácticamente en todos los casos a un galardón de prestigio y una suma en metálico. Sin embargo, Europan sigue contando con una altísima participación: así lo demuestran las 1.305 propuestas enviadas a la 13ª edición del concurso, convocado bajo el lema ‘The Adaptable City: Self-Organization / Sharing / Project (Process)’ y que proponía 49 emplazamientos de 15 países europeos.

En esta ocasión, los 15 jurados nacionales han seleccionado 93 proyectos —44 ganadores y 49 segundos premios—, además de 61 menciones de honor, en un fallo que se ha hecho público en diciembre de 2015. Como en anteriores convocatorias, son muy destacables los resultados conseguidos por los equipos españoles, que han obtenido el mayor número de galardones de todo el contexto europeo (10 primeros premios, 10 segundos y 10 finalistas, la mayor parte fuera de nuestras fronteras). Este hecho reafirma la buena salud de la arquitectura más joven de nuestro país y augura un futuro esperanzador para una profesión que por desgracia ha sido demasiado vapuleada por la crisis.