Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025
Misterios revelados
Hasta ahora, en la orla de premiados con el Princesa de Asturias de las Artes únicamente figuraba un fotógrafo: Sebastião Salgado, que lo recibió en un 1998 ya lejano (Annie Leibovitz y James Nachtwey recibieron el galardón en otra categoría, Comunicación y Humanidades). Y casi como si fuese necesario que en el selecto club haya siempre un miembro del octavo arte, el mismo día que se conocía la desaparición del maestro mineiro se anunció que la agraciada este año era Graciela Iturbide. Nacida en la Ciudad de México en 1942, comenzó estudiando cine en la UNAM hasta que uno de sus profesores, el reputado cineasta y fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, logró despertar en ella la pasión por la imagen fija. Tras trabajar un tiempo como su asistente, se embarcó en un periplo por Latinoamérica y luego por su propio país, comisionada por el Instituto Nacional Indigenista para documentar la diversidad cultural de México. De ahí surgió uno de sus trabajos más conocidos, Juchitán de las mujeres, aunque su obra, imbuida en un aura fantástica tan de la tierra de Rulfo y Frida, no se circunscribió a las fronteras patrias. Cualquier horizonte ha sido bueno para convocar ese ‘ritual’ que para ella supone capturar —siempre en blanco y negro, lo contrario «parece Disneylandia»— la frontera entre lo real y lo simbólico, ofreciendo una lectura abierta a múltiples interpretaciones: más que representar el mundo, intuir sus misterios.
El País: La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025

'Cristina tomando fotos' (White Fence, Los Ángeles, 1986), imagen de Graciela Iturbide