Por sus inmejorables prestaciones higrotérmicas y su carácter renovable, los materiales de origen orgánico serán, a medio plazo, una alternativa a los compuestos tradicionales. Hoy resultan especialmente interesantes los residuos procedentes de la agricultura o bien los que genera de manera espontánea la naturaleza, como la posidonia oceanica, una planta acuática endémica del mar Mediterráneo que produce en primavera unos frutos flotantes conocidos vulgarmente como ‘olivas de mar’. Según el Fraunhofer Institut de Múnich, las pequeñas esferas fibrosas de las olivas de mar presentan inmejorables características para convertirse en aislantes con uso en la construcción, pues las cavidades de su microestructura retienen naturalmente el aire, además de ser imputrescibles y no inflamables de suyo, lo que hace innecesarios el uso de otros productos químicos. Por ello, el instituto tecnológico alemán ha desarrollo un método para tranformar estos residuos en un aislamiento sin ligante, que puede insuflarse en muros de doble hoja para mejorar sus prestaciones térmicas, manteniendo intacto, si fuese necesario, el estado original de la fachada.