Como crecen rápido, son sostenibles y además se cultivan con una cierta facilidad, las microalgas se están convirtiendo en una de las alternativas al uso de combustibles de origen fósil (véase Arquitectura Viva 140). Parece ser que el siguiente reto es incorporarlas como un tejido verde a las envolventes de los edificios, no sólo para generar cultivos en lugares insospechados sino para aprovechar sus prestaciones bioclimáticas. Tal es el objetivo de un proyecto de investigación diseñado por Colt International en colaboración con Arup y el estudio Splitterwerk Architects, la llamada Casa BIQ, que incorpora cultivos de microalgas controlados dentro de lamas de vidrio, que hacen así las veces de persianas ‘vivas’. El diseño del sistema está concebido para favorecer el crecimiento rápido de las algas bajo la exposición solar directa, de manera que generen un sombreamiento natural durante el verano. Una vez pasado el periodo estival, las algas pueden ser cosechadas y empleadas como fuente de energía renovable para el edificio. El sistema de ‘fachada biorreactiva’ se presentará en la Feria Internacional de Hamburgo (IBA), que se celebrará en 2013.