En las afueras de Santiago de Compostela se encuentran los restos de la antigua fábrica de curtidos de San Lourenzo, hoy objeto de rehabilitación y transformación en instalación hotelera y museística. El proyecto se completa con la construcción de una serie de apartamentos pertenecientes al hotel y una vivienda unifamiliar, volumen formado por una base pétrea con cubierta vegetal que remite a los muros de la vieja fábrica, y un cuerpo metálico ligero que se integra en el paisaje arbolado del río Sarela.
Con esta actuación, el arquitecto Víctor López-Cotelo, tras el reconocimiento cosechado por su actuación en la vecina vaquería del Carme de Abaixo —que ganó el premio Manuel de la Dehesa en la VII Bienal de Arquitectura Española— vuelve a mostrar el valor de la sencillez espacial y la calidad material de su trabajo.