El nuevo estadio del equipo de fútbol de Amiens, que juega en la segunda división de la liga francesa, se levanta a las afueras de esta ciudad cuyo perfil posee una significativa carga histórica. Y precisamente para no alterar esa imagen secular la nueva construcción aparece como un objeto ligero y despegado del suelo, como un dirigible a punto de despegar.

La sensación de liviandad que transmite el estadio se debe en primer lugar a un ligero movimiento del terreno, elevado para formar unos taludes vegetales que facilitan el acceso a las tribunas y matizan la presencia de los puntos de apoyo de las estructuras portantes y, en segundo término, al tipo de cerramiento elegido. Las cuatro gradas (con un total de 12.000 asientos) que delimitan el perímetro del edificio están provistas de unas cubiertas cóncavas de vidrio que abrazan el terreno de juego y producen un efecto óptico de cierre desde la distancia. Sin embargo, estas capotas protectoras de las inclemencias del tiempo no aíslan al espectador; su naturaleza transparente lo mantiene en contacto con el paisaje.

Los controles de entrada se sitúan en los cuatro ángulos del recinto. Una vez superados, el público se distribuye por sectores y asciende por dos escaleras sucesivas: la primera salva el desnivel de los taludes y la segunda conduce directamente a la parte más alta de la tribuna, una holgada plataforma desde la que se accede a los asientos. De esta forma se evita el uso de los tradicionales vomitorios en mitad de las gradas y se consigue una zona donde se instalan una serie de mostradores para la venta de bebidas con ‘terrazas’ al aire libre. Además, desde este nivel multifuncional arrancan las escaleras que conducen a la tribuna de prensa, una estructura en voladizo colgada de los soportes de acero que sostienen las cuatro pantallas curvas de la cubierta acristalada. En la parte más alta se instala una última plataforma para las cámaras de televisión. Las fallas que dejan entre sí estas pantallas en los vértices del estadio rompen la continuidad de las tribunas e impiden la creación de un deambulatorio a este nivel. Cuatro pasarelas en las esquinas facilitan una circulación perimetral restringida para abastecer los mostradores y para el servicio de seguridad.

Nave y faro
Los servicios anejos se agrupan en el lado oeste del estadio, en un edificio compacto de tres alturas parcialmente cubierto por las gradas. El nivel 0, bajo la tribuna, alberga los vestuarios, comunicados directamente con el terreno de juego. El vestíbulo da acceso a los locales situados en otros niveles, y hay una entrada de servicio independiente para los depósitos y salas técnicas. El salón y la tribuna de honor se sitúan en el nivel 1, junto a otra serie de salas, las oficinas, los locales de seguridad y la vivienda del guarda. El último nivel se ocupa con otro salón de recepciones y veinte palcos.

En las tardes de partido, esta nave ligera y cristalina semejante a una larva se transforma en gigantesco fanal, señalando la posición de Amiens a los conductores que transitan por el mar de asfalto de la nueva autopista…[+]