Los terrenos que ocupaba antiguamente la fábrica de la Société Céramique en Maastricht han sido objeto de un plan de recalificación y ordenación urbanística que planteaba inicialmente el desarrollo de un modelo tradicional de bloques de manzana con patio interior ajardinado. En una parcela interior apartada de los focos de actividad visibles del nuevo barrio, el encargo original comprendía ochenta viviendas combinadas con espacios para el trabajo y un aparcamiento subterráneo. Debido a las necesidades de representación profesional derivadas del programa, los arquitectos entendieron que el introvertido modelo urbano propuesto no era el más adecuado y diseñaron un conjunto abierto en el que el tratamiento de los volúmenes construidos y de los espacios públicos y semipúblicos confiere a la manzana ciertos valores especiales perfectamente identificables tanto por los visitantes y los clientes, como por los peatones ajenos.

Se establece así una composición rotunda de tres bloques prismáticos de ladrillo visto sobre un plinto que conscientemente los separa en altura de la calle. El más pequeño de ellos, al sur —desarrollado por el estudio local Verheij Architecten—, es un volumen alargado de dos alturas que alberga a la manera tradicional viviendas adosadas con taller o comercio en el nivel de la calle. Los dos bloques mayores, ligeramente distintos en dimensiones y altura, presentan al exterior una imagen similar basada en un austero ritmo continuo de huecos. Ambas piezas se han concebido a partir de una secuencia espacial que parte del espacio público y, a través del muro de ladrillo original de la antigua fábrica y la subida al plinto pétreo sobre el aparcamiento subterráneo, penetra en los bloques por un corto pasaje de techo bajo que da acceso a unos atrios interiores, luminosos, verticales y muy diferentes entre sí, que formalizan la transición entre lo individual y lo colectivo.

Se ha estudiado un sistema de vivienda flexible, capaz conjugar las dos funciones requeridas y de presentar al exterior tanto el aspecto privado como el profesional de la vida de su habitante. Alrededor del atrio central se ha fijado un anillo de servicios e instalaciones. Entre éste y la uniforme fachada exterior, el espacio se ha dividido con tabiques ligeros, lo que permite la futura modificación de los espacios diseñados a priori. Una prueba de la variación tipológica permitida por este esquema organizativo es la evolución que ha sufrido el programa a lo largo del proceso de proyecto, acomodando finalmente 92 viviendas de tres, cuatro y cinco dormitorios, así como 36 espacios para trabajo. En total, existen 53 tipos diferentes de unidades residenciales con superficies que van desde los 87 a los 180 metros cuadrados útiles... [+]