Auditorium and concert hall, Bruges
Robbrecht en Daem 

Auditorium and concert hall, Bruges

Robbrecht en Daem 


Se conoce como la Venecia del Norte por sus canales, y también ha compartido con la ciudad italiana su aversión por la arquitectura moderna. Designada patrimonio de la humanidad en 2000, Brujas fue elegida dos años después Capital Europea de la Cultura, ocasión que las autoridades municipales quisieron aprovechar para impulsar una nueva imagen de la ciudad que fuera más allá de la estampa medieval turística. Entre las intervenciones previstas, la construcción de un auditorio se convirtió en el mejor emblema de la renovación.

Como emplazamiento de la sala de conciertos se escogió el gran vacío que había quedado tras la demolición de la estación de Het Zand; su proximidad al centro y a una vía de circunvalación, y la existencia allí de un aparcamiento subterráneo hacían de éste el lugar más idóneo. A partir del programa —una sala para 1.300 espectadores (700 de los cuales en palcos) y otra de música de cámara que pudiera usarse como vestíbulo adicional—, el ‘cuerpo’ del edificio se modela para responder a estas situaciones urbanas y se reviste entera mente de terracota, elemento de conexión material con el tejido histórico. En la composición de planos plegados resultante, que modifica la percepción de la escala del edificio dependiendo del punto de vista, destacan la torre de telares del auditorio y el campanile de la sala de música de cámara. En diálogo con el Beffroi y la aguja de Saint-Sauveur, ambos contribuyen a redefinir el Het Zand como plaza. La posición de la entrada principal, en la fachada más próxima a los edificios vecinos y en el ángulo donde se encuentran el auditorio y la sala de cámara, crea una suerte de antesala reminiscente de las placitas recoletas características de la ciudad vieja.

En el interior, ausencia de materiales lujosos o decoración, dominio del hormigón visto y una promenade architecturale de rampas y escaleras en torno al vacío central del foyer; en su punto más alto, éste se ramifica en dos brazos que desembocan en sendos ventales que enmarcan el paisaje urbano. Todos los generosos huecos del edificio están estratégicamente situados para intensificar la relación con el exterior. La luz que entra a través de los vidrios coloreados en determinadas partes de la fachada sur contribuye a definir la atmósfera de estos espacios de tránsito.

Tipos y proporciones

Las bases del concurso no exigían una segunda sala, pero se ha tenido en cuenta la arraigada tradición musical de los ciudadanos de Brujas al diseñar la que está destinada a conciertos de cámara: un atrio con una espiral de galerías conectadas mediante una rampa perimetral que evoca el cortile del palacio renacentista italiano y que busca la intimidad entre los músicos y el público que los rodea.

Aunque la relación entre intérpretes y espectadores en los grandes conciertos o las representaciones operísticas es totalmente diferente, la sala principal del Concertgebow, por su parte, se alarga para buscar la mayor cercanía entre ambos e inclina hacia adentro sus muros laterales para procurar la mejor acústica. Dos lucernarios cambian la percepción de la sala cuando en ésta se celebran congresos; entonces se percibe el ‘peso’ de la luz natural, que acentúa la textura de los paneles acanalados de yeso y la cualidad escenográfica del espacio. La ‘partitura’ cromática de los paramentos resuena en otros elementos del proyecto como las balaustradas... [+]


Obra

Auditorio, Brujas.

Cliente

VZW Concertgebow Brugge. 

Arquitectos

Paul Robbrecht y Hilde Daem.

Colaboradores

P. Crevits, W. Mann, W. Walschap, M. Baeten, S. Delaere, F. Maenhoudt, G. Swolfs, P. Vandendries, B. D’Hoore.

Consultores

E. van Assche yM. van Langenhove (arquitectura); Arup (acústica); GCA (tecnología de escena); Studium (estructura); Ingenium (instalaciones); Lobelle (exteriores); Wirtz International (paisajismo); Seco (gestión).

Fotos

Kristien Daem.