Este proyecto de torre, de 70 plantas de altura, se encuentra en Southwark, junto a la London Bridge Station, de la cual recibe el nombre. Su altura será de 306 metros y tendrá una superficie total de 90.000 metros cuadrados. En su interior se distribuirá un programa compuesto de oficinas, apartamentos, un hotel, tiendas y restaurantes, estando así concebida como una ciudad vertical en la que diez mil personas trabajarán y vivirán.

El edificio se configurará como una pirámide afilada de cristal, y tendrá una presencia ligera y elegante en el perfil londinense. En cuanto a su construcción, mediante el uso extensivo de las últimas tecnologías y materiales se conseguirá un ahorro energético del 30% respecto a otros rascacielos convencionales. La fachada de doble piel ventilada reducirá considerablemente las ganancias térmicas y aumentará los niveles de confort, sin renunciar a la máxima iluminación natural. El exceso de calor generado por las oficinas se utilizará para calentar el hotel y los apartamentos, mientras que cualquier exceso adicional se disipará naturalmente a través de la parte superior de la torre. Por último, los jardines de invierno, localizados en cada planta, estarán ventilados naturalmente y permitirán a los ocupantes estar en contacto con el ambiente exterior.