Telesilla Carmenna, Arosa
Bearth & Deplazes 

Telesilla Carmenna, Arosa

Bearth & Deplazes 


La popularización de los deportes de invierno desde la II Guerra Mundial ha ido sembrado el idílico paisaje alpino de hoteles, cabañas, refugios y, sobre todo, de pequeñas pero numerosas instalaciones técnicas para permitir el acceso masivo de los aficionados del deporte a las pistas. Para minimizar el impacto visual de sus nuevas instalaciones, los responsables de la estación invernal de Arosa, cerca de Chur, encargaron el telesilla que asciende hasta la cima del Weisshorn bajo la premisa de su integración en el paisaje. Inspiradas por la topografía escarpada, pero evitando la mímesis directa, las tres construcciones de que consta el telesilla—la estación del valle, una parada intermedia y la estación de la cima— se ciñen a una geometría de planos oblicuos y ecos cristalográficos.

La estación del valle —la de mayor volumen—alberga en su interior la parte principal de la maquinaria y aparece subdividida en dos ámbitos: el de acceso al remonte propiamente dicho y otro dedicado a guardar los asientos durante la noche. Para desdibujar su presencia en la ladera, su volumen se entierra parcialmente en el terreno bajo un plano de cubierta que se pliega sucesivamente como si se tratara de un grupo de tiendas de campaña. Su única fachada visible, en la parte inferior del terreno, se cierra con planos oblicuos de policarbonato translúcido que dejan leer de forma continua la cubierta como un perfil seccionado del terreno. De menor tamaño, la estación intermedia es apenas un puesto de vigilancia cilíndrico y una cubierta sobre soportes inclinados para proteger la maquinaria de arrastre. La sucesión culmina en la estación de la cima, con un tejado a dos aguas que insiste en la analogía de la tienda de campaña. Las tres piezas se trasdosan al interior con listones de madera pintados de naranja y amarillo neón que se remiten al mundo colorista de las prendas deportivas, permitiendo identificar en la distancia las instalaciones cuando la nieve lo cubre todo.

La ubicación de las obras a 2.500 metros sobre el nivel del mar determinó la elección de los materiales y el sistema constructivo. Las dificultades de transporte y montaje —que sólo podía llevarse a cabo durante el corto periodo estival— obligaron así a utilizar una estructura de acero que, tras ser reducida a sus componentes básicos, fue trasladada en helicóptero para ser montada en la cima en el mínimo tiempo posible. Por la misma razón, la presencia del hormigón se redujo a lo imprescindible y los materiales de revestimiento se eligieron por su escaso peso: madera, policarbonato translúcido y la chapa metálica ondulada que reviste las cubiertas...[+]


Cliente Client
Arosa Bergbahnen

Arquitectos Architects
Valentin Bearth, Andrea Deplazes 

Colaboradores Collaborators
Daniel Ladner, Patrick Seiler, Roger Wülfing 

Consultores Consultants
Fredy Unger (ingeniería engineering); Garaventa (telesilla chairlift)

Fotos Photos
Ralph Feiner