Sede de Indra en Alcobendas, Madrid
Rubio & Álvarez-Sala 

Sede de Indra en Alcobendas, Madrid

Rubio & Álvarez-Sala 


Ante el crecimiento en el volumen de negocio experimentado en los últimos años por esta consultoría especializada en tecnologías de la información y en el desarrollo de sistemas automáticos de mantenimiento y equipos electrónicos de defensa, se decidió el traslado de su sede madrileña en busca de una mayor representatividad, una mejora de las condiciones laborales y la incorporación de nuevos servicios. El lugar elegido fue un solar rodeado por extensas zonas verdes cercano a la zona residencial de La Moraleja. La morfología y la situación de la parcela motivaron como primera decisión de proyecto el rechazo de una organización compacta del edificio. De este modo, se optó por fragmentar la envolvente para aproximar su escala a la de las construcciones del entorno.

La volumetría exterior revela el funcionamiento interno, diferenciando con claridad espacios estáticos y de circulación. Partiendo de una retícula estructural de 7, 80 x 7, 80 metros, los prismas que contienen las áreas de trabajo se equilibran a ambos lados de un eje longitudinal, dejando entre ellos unos patios abiertos. Estas incisiones adquieren un gran protagonismo: multiplican la superficie acristalada en contacto con el exterior, pautan la imagen del conjunto y acentúan el dinamismo de la composición. El eje que vertebra funcionalmente el edificio contiene gran parte de los usos auxiliares —aseos, áreas de descanso, servicios de limpieza, etcétera— y conforma un conjunto de calles cerradas superpuestas que centraliza todas las instalaciones y las reparte por suelos y techos, lo que posibilita su mantenimiento sin afectar al funcionamiento general. Este esquema plantea una organización flexible de las zonas de producción, vinculando o independizando departamentos y permitiendo sectorizar los 7.000 metros cuadrados por planta de las oficinas para adaptarlas a la normativa de protección contra incendios.

El espacio ajardinado que existe delante de la fachada principal funciona como un gran vestíbulo exterior que distribuye a usuarios y público hacia los accesos peatonales. Incluye una vía rodada que conduce a un aparcamiento para visitantes en superficie, y a otro para el personal que ocupa tres plantas bajo rasante. La entrada principal se ha significado con una alteración en la configuración de uno de los patios, que se cierra ahora en planta primera para crear un vestíbulo de doble altura en torno al cual se concentran las actividades representativas (actos sociales, exposiciones, conferencias). La planta semisótano alberga servicios de apoyo al trabajo —aulas de formación, comedores, atención médica, centro de proceso de datos, mensajería, reprografía— y un muelle de carga. El cerramiento de la parcela, realizado con perfiles metálicos separados y puestos en vertical, pretende armonizar la necesaria seguridad con una deseable transparencia que preside todo el conjunto.

Una pasarela de mantenimiento recorre gran parte del perímetro edificado y —ayudada por unas pantallas de vidrio serigrafiado que descuelgan paralelas a las fachadas acristaladas— actúa como elemento de protección solar. Formada por sombras entre reflejos, junto con el empleo generalizado de paneles compuestos de aluminio, la piel confiere al edificio una imagen tecnológica en sintonía con la actividad que desarrolla la empresa... [+]


Obra

Indra, Alcobendas, Madrid. 

Cliente

Testa Inmuebles. 

Arquitectos

Carlos Rubio Carvajal y Enrique Álvarez-Sala Walter. 

Colaboradores

C. Pérez, T. Nakajima, A. Miranda, R. Saldías, A. Cruz, M. Hübner, W. Watson (arquitectos); V. Arenas, P. Valiente, P. Navarrete (aparejadores); Mercedes Isasa (interiores); Etesa (estructura); Gicsa-Goymar (instalaciones); Intemac (control calidad). 

Contratista

Sacyr.

Fotos

Lluís Casals.