Torre del Hotel Rozafa en Shkodra
FRPO  Selgascano 

Torre del Hotel Rozafa en Shkodra

FRPO  Selgascano 


Situada cerca de la frontera de Montenegro, Shkodra es una de las ciudades más antiguas de Albania, importante centro cultural y económico, que fue la capital del país hasta 1920, trasladada desde entonces a Tirana. Con un rico patrimonio cultural y paisaje natural, en la ciudad conviven arquitecturas de épocas históricas diferentes, con influencias muy variadas. Proyectada por el equipo de estudios españoles FRPO y Selgascano, la nueva torre busca formar parte de esa diversidad. Sus tres fachadas principales están orientadas hacia las vistas más significativas del entorno: los Alpes albaneses al noreste; el castillo de Rozafa y los ríos Drin y Buna al sur; y el lago Skhodra al noroeste.

La organización presenta tres bloques programáticos en altura: los locales comerciales que ocupan las tres primeras plantas; la zona residencial en las veinte siguientes; y el hotel situado en los siete últimos niveles del edificio. Un piso de instalaciones separa cada uno de los bloques. Esta solución reduce la longitud de los conductos de ventilación y evita concentrar la maquinaria en las cubiertas.

La geometría fragmentada busca reducir la percepción del edificio como una masa monolítica, generando fachadas dinámicas, que integran hendiduras verticales en cuyas bases se ubican los accesos independientes: el del hotel al norte, en continuidad con la actual entrada del Hotel Rozafa existente, el del zócalo comercial al sureste, y el de las viviendas al suroeste.

La planta triangular niega la orientación norte para garantizar el acceso de luz solar. El clima cálido de Shkodra combina épocas lluviosas por lo que se opta por disponer terrazas perimetrales muy profundas.

El volumen de la torre se ha diseñado a partir de un conjunto de planos y líneas horizontales de diferentes tonos, que buscan dotar de sensación de ligereza y estilizar la masa del edificio. Todos los planos están revestidos con distintas texturas de madera. Elementos como los forjados, las barandillas o los parasoles están pintados en amarillos, naranjas y verdes claros, completando el cromatismo de las fachadas.