La ermita del Santo Sepulcro, construida en Jarandilla de la Vera en el siglo XVII, sirvió de cárcel en el siglo XIX y de escuela primaria a principios del XX, después de perder su techumbre. La intervención ha consistido en la consolidación del viejo edificio y en la adecuación del mismo a un uso cultural, dando continuidad espacial y estructural a las dos partes yuxtapuestas de que constaba la iglesia: un cuerpo anterior irregular con cubierta a dos aguas, y otro posterior, más alto y cerrado con una pequeña cúpula con linterna sobre pechinas. Esta continuidad se hace depender de una cáscara laminar situada en la hoja interior, constituida por solera, muros laterales y losa de cubrición de hormigón armado y 25 centímetros de espesor, que refuerza y rigidiza el conjunto, y que se acompaña con otras dos intervenciones de cirugía: la recomposición de la linterna mediante un elemento de acero inoxidable, y la incorporación de una doble puerta que, en función del uso, hace posible una relación variable con el exterior... [+]