Rodeado del caserío berlinés, bañarse durante el verano en la Badeschiff del Spree es una experiencia única que, gracias a esta estructura temporal, resulta posible también en invierno, y de un modo si cabe más singular: dentro, el agua caliente y los cuerpos desnudos; fuera, el río helado. Para conseguir tal efecto y darle a la instalación una segunda vida, se han proyectado tres cuerpos ligeros en forma de tubo que se orientan en sentido longitudinal respecto a la piscina y las plataformas de madera que la rodean, de manera que cada uno de ellos contiene las tres partes del programa invernal: un lounge en la primera plataforma; una sauna en la segunda; y la piscina.

Adoptando una sección elipsoidal truncada en su plano de apoyo, los tres tubos se han construido mediante una sucesión de arcos de madera laminada arriostrados mediante cables que se disponen como cruces de San Andrés, y tubos de acero de pequeña sección. Entre los arcos se tensa el elemento más singular del proyecto: una membrana textil de doble capa cuya cámara se hincha con aire a baja presión de manera que, con un peso muy reducido, adopta la rigidez adecuada gracias a su propia forma, además de dotar al interior de un buen aislamiento térmico. La tela de la membrana es, por norma general, translúcida, y en ciertos lugares transparente, con el objeto de captar las vistas más interesantes del extraordinario entorno.

Construida con materiales estándar y detalles muy sencillos que facilitan el desmontaje en verano, estos tubos textiles, etéreos y permeables, por las noches se iluminan desde el interior como si fuesen linternas chinas.