Parque del Casino de la Reina, Madrid
Matos Castillo 

Parque del Casino de la Reina, Madrid

Matos Castillo 


La inauguración del centro de día y el parque del Casino de la Reina abre un nuevo episodio en la azarosa historia de este recinto enclavado en el madrileño barrio de Lavapiés. El conjunto monumental —formado inicialmente por un palacete, jardines, un huerto y un estanque— fue un regalo del Ayuntamiento de Madrid a Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII, que en 1867 pasó a ser la primera sede del Museo Arqueológico Nacional, para adoptar más tarde funciones tan dispares como asilo de cigarreras ancianas o facultad de Veterinaria. Tras demoler los anejos que a lo largo del tiempo habían ido ocupando el solar, los edificios existentes —el casino de la Reina y un pabellón de jardín— han sido rehabilitados e integrados en un conjunto socio-cultural del que también forman parte un centro de día de nueva planta y el parque instalado entre el arbolado del casino.

La actuación toma como referencia los árboles existentes para ordenar el parque en episodios distintos: un laberinto de setos, un jardín de higueras, una plaza-fuente, un graderío y una zona de juegos infantiles.

En uno de los barrios más necesitados de zonas verdes, el parque se extiende sobre el terreno accidentado que desciende desde la calle del Casino hasta la transitada Ronda de Toledo. Una topografía suavemente manipulada que toma como referencia las cotas de los árboles existentes ordena el recinto en cinco episodios, en los que el pavimento y la vegetación definen experiencias sensorialesdistintas: un laberinto de setos de arizónica filtra el ruido del tráfico de la Ronda de Atocha; un jardín de higueras crece a la sombra de una concavidad del terreno esculpida en gradas poligonales; una plaza-fuente en la entrada desde el Rastro refresca a los paseantes con una nube de agua pulverizada; y una zona de juegos infantiles se adosa al camino que vincula las construcciones existentes con las nuevas. En un futuro, el programa se ampliará con pistas polideportivas situadas sobre un depósito de agua y una piscina cubierta semienterrada.

Entre un pabellón de jardín y el Casino de la Reina, el centro de día para ancianos se ubica en un edificio nuevo, que se acerca a la calle con el cuerpo volado de su nivel superior. Un gimnasio en la primera planta, una sala multiusos a ras del suelo y la rampa que vincula ambos niveles se acoplan así a un prisma que reacciona ante las condiciones específicas de luz y vistas con fachadas de distinto carácter. Hacia la calle, el edificio se presenta con una piel de aluminio que se hace eco de los encintados de granito del casino; hacia el parque, se abre con una fachada de vidrio que se protege del sol de poniente con una mampara de lamas de madera; y hacia el Casino, el alzado consta de piezas circulares de pavés que iluminan uniformemente la rampa.

El centro de día para ancianos consta de una sala multiusos en planta baja y un gimnasio en el nivel superior, vinculados mediante una rampa iluminada a través de las piezas circulares de pavés embebidas en la fachada.

El centro de día se abre al parque con una piel de vidrio que se protege del sol con una celosía de madera. Los paneles de aluminio en los testeros repiten las dimensiones de los sillares de granito del Casino de la Reina.


Cliente Client

Ayuntamiento de Madrid

Arquitectos Architects

Alberto Martínez Castillo, Beatriz Matos Castaño

Colaboradores Collaborators

E. Barrera, D. Castillo, J. I. Toribio, M. Schlüter, F. Sanz, M. Rallo, C. Bango, M. Ramírez, L. Prieto, A. Schachter, F. G. Romero; Alberto López (aparejador quantity surveyor)

Consultores Consultants

Ignacio Aspe, Ceider (estructura structure); Miriam Muela (pintura paintings); Esther Pizarro (escultura sculpture); 

Contratista Contractor

Ortiz, Construcciones Quijano; Llambí (lamas de madera wood slats)

Fotos Photos

Hisao Suzuki, Alberto Martínez Castillo