Inserto en una zona periférica de nueva construcción del este de Albacete, el edificio se ciñe a las alineaciones del trapecio que delimita la parcela en el perímetro de la planta baja, a excepción de los cinco metros que se retranquea la fachada de la calle del Buen Pastor. Esta cesión permite ampliar la anchura de la acera de esta vía realzando la entrada, que también se enfatiza con la situación en voladizo del cuerpo formado por los dos pisos superiores que llega hasta el límite del espacio disponible.

La comisaría presenta un programa que combina zonas de acceso público para la expedición de documentos de identidad y pasaportes, con oficinas de denuncias estructuradas por un vestíbulo común; también se disponen los despachos privados, la vivienda del comisario jefe y un aparcamiento para coches policiales en el sótano. La diferencia de cotas que se produce entre las calles de la parcela se aprovecha para situar los accesos, escogiendo la posición más favorable para el rodado y lograr así un menor desarrollo de la rampa del garaje.

Las trazas del contorno del solar determinan la morfología curva del basamento del edificio, el cual se ajusta dócilmente a la alineación con una equidistancia únicamente rota en el frente donde se sitúa el acceso principal.

La elección de los materiales diferencia nítida-mente dos plataformas: un basamento de hormigón—cuyas fachadas se horadan por huecos diagonales que se repiten componiendo una serie que las modula—, sobre el que descansa el volumen de vidrio. Éste contiene las dos últimas plantas de oficinas, deslizado a lo largo de la rasante hasta configurar el saliente que marca el acceso principal. 

El cerramiento de este prisma varía en función tanto de su orientación como de la distribución de los usos que alberga. Mientras la fachada menos soleada presenta un muro de vidrio sencillo, la cara sureste se soluciona con una capa doble de vidrio complementada por lamas verticales del mismo material vivamente coloreadas. 

Estos elementos dirigen las vistas tanto desde los pasillos de comunicación como desde las salas, dotando de privacidad a las actividades interiores. Su cromatismo singulariza el edificio frente a la monotonía de su entorno urbano, huyendo de las sórdidas imágenes con las que se suele identificar este tipo de equipamiento.

La imagen del zócalo de hormigón perforado transmite la voluntad de aunar solidez y transparencia. La modulación trapezoidal de la planta de un proyecto simultáneo se convirtió en la fachada de la comisaría. El zócalo se hace celosía por medio de las carpinterías enrasadas a haces exteriores en fachada. Una imagen que también aparece en el plano horizontal, con los huecos que configuran un conjunto de patios organizadores de la planta baja, que favorecen la iluminación y ventilación tanto de las oficinas como del garaje.


Cliente Client

Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado

Arquitectos Architects

Alberto Martínez Castillo y Beatriz Matos Castaño

Colaboradores Collaborators

Alejandra Martínez de la Riva, Borja Álvarez González, Martina Schlüter, Julián Ramirez Rentero, Tómer Kenin, Eva Roense; Alberto López Díez (aparejador quantity surveyor)

Consultores Consultants

Valladares Ingeniería (estructura structure); Úrculo Ingenieros (ingeniería engineering)

Contratista Contractor

Construcciones Villegas

Fotos Photos

Hisao Suzuki