En una posición a la vez urbana y periférica, en la comarca pacense de Vegas Altas, el nuevo Palacio de Congresos y Exposiciones presenta una naturaleza dual en varios sentidos: por una parte, el programa se esconde en un anillo semienterrado que se adapta al terreno y a los límites de la parcela; por otra, un volumen cúbico rotundo se eleva dotando al conjunto de visibilidad y absorbiendo el volumen necesario para albergar la caja escénica. Es introvertido y neutral en su materialidad terrosa, y al mismo tiempo es extrovertido, ya que pretende tanto ver desde las terrazas en cubierta como ser visto envuelto en una madeja de maromas.

Por un lado, se abre una grieta en torno a una plaza de acceso en rampa. Por otro, una gran celosía asciende. El vestíbulo es un espacio de acceso con fuerte relación con el exterior, que puede ser usado para exposiciones temporales, recepciones y clausuras de congresos, charlas y pequeñas conferencias..., y en él se podría disponer de hasta tres salas de conferencias cerradas con cortinas acústicas plegables. Los pilares apantallados pueden funcionar como soporte expositivo. Existe un dilatado espacio público continuo conformado por el vestíbulo y la sala de exposiciones, con los auditorios en cada extremo, que se unen cerrando el anillo con un área de servicios e instalaciones que cuenta con los camerinos divididos en tres plantas.

Por una parte, es un edificio de gran inercia térmica gracias a los muros de hormigón y la cubierta cultivada; por otro, es un gran umbráculo que funciona como una torre ventilada. En parte, es mimético en su superficie superior con un entorno natural árido y agostado durante meses. Sin embargo, sus interiores subterráneos se definen por una frescura más artificial. Todo el recorrido en el vestíbulo de entrada a las salas va acompañado por un espejo tenso de lámina de tela blanca que refleja un entorno más irreal. Los auditorios realizados con distintos despieces de policarbonato verdes agua definen un volumen profundo, un mundo acuático sin una dimensión precisa y carácter cambiante con la luz.

El edificio se apega a las condiciones climáticas del entorno. Plantea un bajo consumo energético y un mantenimiento sencillo, y busca ofrecer el mejor programa de servicios en espacios versátiles y ajustados en dimensión. La actuación se adapta al contexto económico en el que se originó, atendiendo al proceso constructivo para cumplir un ajustado presupuesto. El nuevo palacio de congresos es un cuerpo callado que pretende pasar inadvertido, pero al mismo tiempo se ilumina para ser visible desde todas partes como un faro en el mar del campo de la Vega.