Mientras que al exterior el proyecto remeda el entorno árido en la piel de maromas y en el tono del hormigón, el policarbonato del interior crea una atmósfera surrealista y acuática.
Basándose en un escrito de Schönberg sobre cómo un burro evita la máxima pendiente al ascender, aquí se salvan los 12m de desnivel del terreno con una serie de muros paralelos de piedra. Al estar escalonadas, todas las estancias se abren al paisaje