El Campo de Cartagena es una extensa planicie al sureste de la región de Murcia, en suave pendiente hacia el mar. Su clima mediterráneo subdesértico da como resultado un paisaje en el que abundan las palmeras, mezcladas con otras especies levantinas, como los lentiscos, los pinos y los acebuches. Otra característica del territorio es la presencia regular de balsas de agua, lagos sobre elevados, montados en un talud que los contiene. En una antigua hacienda ocupada por varias construcciones—la casa principal, una nave agrícola, el horno y un umbráculo—, el ceramista José Inglés ha instalado un centro de actividades rurales que consiste en el conjunto antiguo rehabilitado radicalmente a base de reciclajes varios, más un nuevo elemento: la casa del artista. Todo en el proyecto se propone bajo el signo de la simultaneidad, entendida como mezcla, superposición y agregación de situaciones diversas que ocurren al mismo tiempo: la casa es a la vez taller, la puerta es a la vez ventana, el techo es a la vez suelo, la balsa es a la vez piscina.

La plataforma de cubierta se construye mediante un plano de hormigón que se excava, se levanta y se escalona, generando mediante esos tres movimientos toda una serie de maneras de estar y de enfrentarse al paisaje.

La piscina se concreta en un vacío, una alberca formada por la propia plataforma al plegarse sobre el espacio del taller. El tratamiento del conjunto de la cubierta debía corresponder a esa condición de elemento continuo y al mismo tiempo diferenciado: el vaso central para el agua, la playa que lo rodea —ligeramente inclinada para poder tumbarse— y las gradas del fondo oeste. Por último se planteó cómo introducir el color en la alberca. Pintar el vaso completo en un único tono no sería la solución, pues aparecería como un elemento extraño encajado en la plataforma. ¿Y si se pintaran las paredes con los reflejos del agua? Inspirados en Hockney y Matisse, los clientes y el arquitecto pusieron manos a la obra y en una sola jornada consiguieron tener a sus pies el paisaje que tantas veces habían soñado... [+]