Este apacible pabellón, construido con motivo de la Trienal de Arte de Setouchi, forma parte de una intervención para convertir una antigua escuela, situada en la isla japonesa de Shodoshima, en la plataforma de arte asiático Fukutake House. El pabellón se sitúa en un área residencial, en un espacio interior ajardinado entre el edificio de la escuela y un pequeño santuario, rodeado de sencillas casas tradicionales, creando un vínculo entre las construcciones y ofreciendo un lugar de descanso para los visitantes del centro y los residentes de la zona.

Evocando dos hojas de papel onduladas y unidas en las puntas, la pequeña estructura se ha llevado a cabo con dos finas láminas metálicas pintadas en color arena que se funden con las tonalidades de la tierra y los árboles. Dispuestas en horizontal y perforadas por un árbol, las láminas delimitan un volumen comprimido que tiene el carácter de los refugios de juegos infantiles: un espacio protegido pero abierto hacia el jardín, en armonía con los elementos naturales. La parte central de la lámina inferior se apoya sobre el suelo, pero sus esquinas se elevan levemente para encontrarse con la lámina superior, que genera la cubierta, creando una suave topografía artificial. Un banco con forma de media luna ofrece asiento para disfrutar de la tranquilidad de este pequeño refugio.