Museo de la Evolución Humana
Juan Navarro Baldeweg 


Situado en la ribera del Arlanzón a su paso por Burgos, el nuevo complejo tiene una relación material y fluvial con el yacimiento de Atapuerca. Los hallazgos paleontológicos y arqueológicos de la Sierra de Atapuerca son de tal entidad que se hizo necesario contar con un espacio en el que impulsar su estudio y fomentar su explicación y exposición al gran público. Así, el complejo se compone de tres volúmenes, el Museo de la Evolución Humana, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y el Palacio de Exposiciones y Congresos. 

El nuevo equipamiento cultural está unido con el yacimiento de Atapuerca, la razón de su nacimiento,  por el río Arlanzón. Situados en su ribera, los tres edificios del conjunto se elevan sobre una suerte de ‘terrazas fluviales’.

Estos dos últimos se separan del museo, que ocupa la posición central, por sendas hendiduras que dejan pasar la luz y que conectan la ribera con la zona urbana posterior, remitiendo, como se hará en el interior del museo, a las sensaciones espaciales que provoca la trinchera del ferrocarril de la Sierra de Atapuerca. Por otro lado, mientras que el museo se caracteriza al exterior por la celosía romboidal de color rojo de sus fachadas laterales, el Centro Nacional de Investigación, situado al este, se reviste en dos frentes con paneles verdes con rombos recortados, y el palacio de Exposiciones y Congresos, al oeste, cubre parte de su fachada con una doble piel formada por perfiles y chapa rojos, y chapa blanca recortada que perfila un dibujo abstracto.

El Museo de la Evolución Humana se separa del centro de investigación y del centro de congresos por dos estrechos pasajes que recuerdan la trinchera del ferrocarril de la sierra de Atapuerca donde se encuentra el yacimiento. 

El complejo construye una ladera artificial que desciende hacia el cauce, para lo que fue preciso elevar el acceso a los edificios cinco metros, consiguiendo asimismo separar al visitante del tráfico y ofrecerle una visión sin obstáculos de la catedral burgalesa. En continuidad con la ladera, y ya dentro del museo, el proyecto incorpora una recreación abstracta del paisaje de Atapuerca, a través de unas secciones o fragmentos de suelo, protegidos por una cubierta transparente de aluminio y cristal, que se resuelve mediante pliegues sucesivos, y que asemeja el interior al de un gran invernadero. 

Con una superficie de 13.400 metros cuadrados, el Museo de la Evolución Humana se configura como una cesta estructural que protege un volumen de vidrio dentro del cual se disponen varios fragmentos de paisaje.

El espacio central del  museo es bañado por la luz que atraviesa la cubierta de vidrio, como si fuera un gran invernadero. En él destacan varios fragmentos de terreno entre los que se desarrolla parte de la exposición. 

Los ‘desfiladeros’ que se encajan entre los prismas se utilizan para presentar los aspectos geológicos o paleontológicos del yacimiento, reproduciendo la experiencia espacial de los cortes de las excavaciones y los estratos del territorio. Tras los grandes prismas se disponen tres niveles, unidos mediante rampas, que muestran objetos e instalaciones de manera más convencional. La estructura del edificio es de hormigón y mixta de acero y hormigón, y se muestra con rotundidad en el exterior del museo. El cerramiento exterior combina, mediante un sistema de doble piel, unas superficies acristaladas transparentes y otras opacas realizadas en vidrio plata, así como paneles de chapa de diferentes colores y piedra de tono ámbar. 

El Centro Nacional de Investigación y el Palacio de Exposiciones y Congresos, cuya puesta en marcha está próxima, se singularizan en cuanto a su apariencia exterior con chapas de colores y patrones diferentes. 


Cliente Client

Junta de Castilla y León

Arquitecto Architect

Juan Navarro Baldeweg

Colaboradores Collaborators

Carmen Bolívar Montesa, Val Vázquez Sequeiros, Cruz Calleja Perucho, Maite Eizagirre Markaide, Adrián Hermosilla Minguijón, Pepe del Cid Mendoza, Justo Ruiz Granados, Javier Fernández Contreras, Luis Alfaro Pérez, Elena Barroso Alonso, Jaime Bretón Lesmes, Adriana Solé Chamorro, Elena Castillo Viguri, David Marsinyach Ros, Juan Antonio Bueno Bueno, Eduardo Vivanco Antolín, Pablo Sánchez De Vega, Josep María García Fuentes, Marta Guerra Pastrián, Alberto Merchán García, Pablo Pérez Ramos, Ignacio González Galán, Fernando G. Pino, Alexander Levi, Virginia González Rebollo, Sibylle Streck (arquitectos architects); José Manuel Méndez Pozo, Javier Reñones Martín (arquitectos técnicos quantity surveyors)

Consultores Consultants

José María Fernández, Proina (estructura structure); Carlos Ara, Tomás Alonso, Avelino Monroy, Argu Ingeniería y Servicios (instalaciones mechanical engineering); Cayetano Astiaso, Jose Luis Tamayo, Stolle (teatro theatre); Vicente Mestre Sancho, García-BBM (acústica acoustics)

Contratista Contractor

Ortiz Construcciones y Proyectos, Inabensa, Aragón Izquierdo, Arranz Acinas, Arcebansa (edificio building); Empty-Sono (museografía museology)

Fotos Photos

Carlos Pesqueira; Val Vázquez Sequeiros