La palabra ‘seca’ (en español, ‘ceca’) tiene su origen en la palabra árabe sekka y significa ‘lugar donde se fabrica moneda’. En Barcelona La Seca fue el nombre que tomó la Real Fábrica de Moneda de la Corona de Aragón, donde se acuñó desde el siglo XV hasta el siglo XIX. El edificio conservaba vestigios del siglo XIII anteriores a la utilización como fábrica, pero las estructuras principales conservadas son del siglo XVII. Cuando en el siglo XIX la fábrica cayó en desuso, el edificio fue reutilizado como viviendas y almacén.

La intervención de restauración llevada a cabo se ha basado en la absoluta compatibilidad entre la preservación patrimonial del edificio preexistente y el nuevo uso que se le dará como Espai Escènic Brossa, dedicado a la creación y producción teatral.

Siendo fiel a la idea de mantener los elementos arquitectónicos principales del edificio y todas las intervenciones que ha sufrido a lo largo de su historia, el proyecto conserva, además de estos, la tipología existente de distribución alrededor de un patio central que funcionará como un gran ámbito para el nuevo espacio escénico. Todo ello se completa con la construcción de dos nuevas piezas dentro del conjunto que, sin desvirtuar en ningún caso sus características patrimoniales del edificio, permiten adaptarlo al nuevo programa.

Las estructuras murarias y elementos patrimoniales de distintas características y períodos se han restaurado, manteniendo los materiales existentes, y según técnicas similares a las originales. Las nuevas intervenciones se han construido, por el contrario, utilizando materiales contemporáneos de uso común y de pequeñas dimensiones para facilitar los trabajos en un edificio de espacios reducidos y un barrio de mucha densidad.

Acompañados por una celosía situada en la zona de acceso, los nuevos cerramientos se han resuelto con un único material, el ladrillo cerámico macizo: una referencia a la chimenea de La Seca, construida en el siglo XIX.