Fruto de la colaboración entre las arquitectas Julia Turpin, Marine Kerboua y Clara Simay, de Grand Huit, y la paisajista Melanie Drevet, este proyecto da respuesta a la movilización de los vecinos y asociaciones locales del distrito 19 de París para integrar a personas vulnerables y promover la agricultura urbana. Junto a la antigua vía férrea denominada Petite Ceinture, el equipamiento ofrece veinte viviendas sociales —quince de emergencia y reintegración, y cinco para estudiantes de horticultura—, espacios para la formación y eventos, un jardín público, un invernadero, un restaurante y una tienda de comestibles para degustar los productos que se cultivan aquí y por los agricultores asociados.

Con un diseño bioclimático, el edificio presenta una estructura de madera térmicamente aislada con paja, donde se emplean materiales reutilizados. Con objetivos sociales, este centro productivo funciona con una economía circular y bajo consumo energético, generando puestos de trabajo, además de ofrecer al barrio servicios como la recogida y el tratamiento de residuos orgánicos.

Esta obra es una de las cinco finalistas del Premio Mies van der Rohe 2022.