Instituto de Educación Secundaria en Puerto Real
Rafael Otero 

Instituto de Educación Secundaria en Puerto Real

Rafael Otero 


El polígono Río San Pedro es una zona del municipio de Puerto Real con un fuerte desarrollo residencial y escasas dotaciones. Para solucionar esta falta de medios y potenciar su crecimiento, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía propuso la construcción de un instituto de educación secundaria obligatoria. La situación privilegiada de la localidad, a orillas de la bahía de Cádiz, traía como contrapartida el alto nivel freático de la parcela, un solar algo hundido en el que el agua llegaba prácticamente a la línea de rasante. Las características físicas y geográficas del terreno obligaron a proyectar un edificio semi elevado para alejarlo de la humedad.

Pese al lenguaje contemporáneo utilizado, el colegio incluye dos invariantes de la arquitectura andaluza: el patio abierto y el blanco de los paramentos. Al espacio libre central se adosa otro cerrado, el gimnasio. Ambos vacíos se convierten en verdadero núcleo alrededor del cual se disponen las dependencias y circulaciones: los pasillos y zonas de paso disfrutan de la tranquilidad que proporciona su vecindad al patio, mientras que las aulas y los seminarios captan las vistas del entorno más cercano a través de unos grandes huecos protegidos con lamas del fuerte soleamiento del sur.

El tránsito interior-exterior tiene lugar a través de unas amplias rampas que salvan la diferencia de nivel existente entre el terreno y la planta baja del aulario. En el patio, una de las fachadas se levanta sobre un dintel de veinte metros y permite acceder a otro plano inclinado que, en tres tramos, alcanza la planta alta del edificio. Un único color caracteriza toda la construcción: blancos de muy diversas texturas —pintados, aplacados y lacados— revisten todos los muros y definen, con sus propiedades, la naturaleza de los espacios en los que se instalan. Aulas, seminarios, despachos y pasillos inmaculados en los que se reflejan las carpinterías y lamas de los huecos de fachada que, como sombras chinescas, decoran los paramentos interiores y van creando nuevos escenarios a lo largo de la jomada...[+]