El proyecto ha transformado la antigua estación de Bomberos de la Calle Lleida, construida para la Exposición Internacional de 1929, en una pieza integrada en la red de espacios culturales ‘Montjuïc, Montaña de los Museos’. El edificio original —el primero de este tipo construido específicamente para este fin en España—, incluido en el Plan de Protección Especial y el Catálogo del Patrimonio Arquitectónico, funcionó hasta 2000 y posteriormente albergó una comisaría. Su rehabilitación y transformación fue objeto de un concurso en 2013.

La intervención consiste en la rehabilitación integral y la conservación y adecuación de los elementos tipológicos más importantes, como el patio central y la torre utilizada para las prácticas y el secado de las mangueras. En sustitución de la nave posterior se ha construido un volumen de tres niveles con estructura metálica. El edificio contaba con dos plantas y se construyó con las técnicas de la época: estructura vertical de muros de ladrillo macizo y forjados de vigas metálicas y vueltas catalanas. La cubierta se sostenía mediante un sistema de cerchas metálicas con lucernario central. La rehabilitación ha sido especialmente compleja en la consolidación del edificio antiguo y en la construcción de la nueva nave eliminando la pared estructural existente en la zona posterior del atrio central. Esta nave, de tres niveles, está ahora sostenida por un muro cortina de pilares de acero de 8 x 12 x 0,8 cm cada 50 cm sustentados sobre una viga Vierendeel de 24 m de largo y 2 m de altura sin crucetas y con solo dos pilares de soporte en las esquinas de los muros perpendiculares. La intervención busca la permeabilidad entre las naves, utilizando vidrio matizado con un vinilo de diferentes opacidades en el nuevo cuerpo y mediante nuevas perforaciones de las paredes laterales interiores existentes. Ventanas y puertas en arco, realizadas mediante corte con disco de los macizos laterales, dibujan estas nuevas permeabilidades.

La entrada principal recupera el antiguo acceso lateral de vehículos, obviando una entrada en el eje del edificio. Esta opción prima el anuncio del acceso desde la Calle Tamarit conectando directamente el edificio desde la Avenida del Paralelo. La nueva nave permitió el aumento de la superficie del edificio añadiendo dos nuevos niveles (altillo y planta segunda), consiguiendo así una triple secuencia de espacios de exposición. La torre se recupera como elemento de circulación vertical y escalera de emergencia: un corazón vertical, simbólico y funcional, que permite una mayor economía del espacio. Los lucernarios del tejado se eliminan y la última planta de la nueva nave se abre a las terrazas accesibles e incluidas en la visita.