Ubicado en el interior del recinto perimetral del Colegio Bienaventurada Virgen María de las Irlandesas —proyectado en 1964 por los hermanos sevillanos Fernando y Joaquín Barquín y Barón—, el proyecto contemplaba la construcción de una escuela infantil, así como la solución de diversas patologías en algunas de las aulas que formarían parte del conjunto. El programa funcional consiste en una serie de aulas de nueva construcción junto a un patio de juegos y un patio de invierno, y se completa con una pequeña reforma y saneamiento de tres aulas.

La intervención crea un ámbito de acceso, y de separación, respecto del colegio preexistente, planteando un patio alargado que está concebido como una calle y desde el cual se accede al conjunto. Se propone un organismo de aulas y espacios que, a modo de racimo, conecta con las tres aulas originarias de la escuela infantil. Todo este conjunto está ordenado alrededor de un gran eucalipto que forma parte de la identidad de los espacios libres del colegio. Este árbol se utiliza así como referencia espacial y de orden geométrico para la disposición y organización de las aulas. Todas estas aulas se miran entre sí, poniendo en valor el espacio libre de juegos, al mismo tiempo que lo acentúan como centro de las actividades de la educación complementaria al aire libre.

Esta co-presencia entre aulas, comunidad educativa y espacio libre constituye el objetivo principal del proyecto. Para ello se ha puesto el acento en tres aspectos: primero, el sentido de comunidad, para la que se plantea este pequeño ‘asentamiento urbano’; segundo, la disolución del aula y su integración en el espacio de juegos al aire libre, creando umbráculos y áreas de protección para que la docencia tenga diferentes espacios en los que desarrollar tanto la formación individual del niño como el sentido de complicidad y colaboración con los demás; y tercero, un gran patio-aula de invierno, sin límites, genera una gran cubierta orientada a sur que abraza todo el conjunto y que constituye un gran umbráculo en verano y un gran paraguas en invierno. Esta colosal cubierta permite además definir la identidad de cada aula, modificando su trazado y geometría.

Un elemento fundamental del proyecto es la estructura, planteada en el interior como si se tratara de un mobiliario de juego que al exterior es capaz de unificar todo el conjunto bajo la cubierta. Un revestimiento continuo de madera sirve para crear una sensación de confort en todos los espacios.


Cliente Client
Colegio Bienaventurada Virgen María Irlandesas. BAMI

Arquitectos Architects
Sara de Giles Dubois, José Morales Sánchez, Rocío Casado Coca

Colaboradores Collaborators
María de Lara Ruiz, Manuel Jesús Píriz Gil (arquitectos architects); Francisco Sánchez Caballero (arquitecto técnico quantity surveyor); Miguel Hernández Valencia (estructuras structures); Ángel Luis León Rodríguez (instalaciones mechanical engineering)

Contratista Contractor
Serrot

Superficie construida Floor area 
1.195m²

Presupuesto Budget
890.000€ (PEM)

Fotos Photos
Jesús Granada