Ubicado entre la avenida principal del campus y la zona residencial universitaria, el proyecto busca ofrecer un edificio abierto y permeable, que invite a los estudiantes a un espacio de convivencia, investigación y trabajo de fácil uso y recorrido interior continuo. La posición y geometría triangular del solar venía marcado por la ordenación del campus, así como por el trazado curvilíneo de la línea de metro aéreo situada al norte.

La permeabilidad de la planta baja refuerza el tránsito de personas desde la cercana estación del metro. El acceso se convierte en un espacio intermedio cuya vegetación genera un paisaje en estrecha relación con la avenida principal del campus y con los jardines Argenté, fomentando así la continuidad entre exterior e interior. En esta cota se disponen dos amplios graderíos para generar un nuevo espacio de relación y un lugar de trabajo distendido. Uno de ellos se sitúa en el espacio exterior cubierto, orientado hacia la estación, marcando así la entrada al edificio. El otro, en el interior, invita a un recorrido ascendente hacia los niveles superiores. Hacia el norte y en paralelo al viaducto elevado del metro, el edificio se muestra como un paisaje, pudiéndose apreciar desde el exterior las actividades que tienen lugar en el foro —proyecciones audiovisuales, exposiciones, etc.—.

El espacio interior y el programa se articulan en base a una ‘cinta continua’ de tránsitos. Este recorrido organiza las diversas funciones y la circulación. Para enfatizar esta continuidad espacial se crea un gran vacío vertical sobre el graderío y el foro de la planta baja. A partir de aquí comienza el recorrido ascendente alrededor del gran vacío, para acceder a las distintas plantas de trabajo, oficinas y silencio. Al área de trabajo se accede directamente desde el vacío del fórum; desde aquí se domina el paisaje del entorno, la gran avenida y los jardines, incorporándolos visualmente al ambiente interior. El acceso de carga y descarga, cocina, personal y aparcamiento subterráneo se hace a través de una galería de servicio al oeste. Este ‘bloque’, con niveles contrapeados respecto a las plantas principales, tiene una altura más que el resto del edificio, con un acceso independiente.

Al área de silencio se accede de manera fluida desde las gradas alrededor del vacío central del fórum. Esta área de lectura se divide en dos niveles, convirtiéndose en un paisaje que se visualiza en su totalidad desde el punto más alto. Esta atmósfera se acentúa con la presencia de la vegetación exterior que rodea casi toda la planta. La cubierta es clave en la configuración de este espacio, y está concebida como un filtro, con lucernarios longitudinales que crean una iluminación natural y homogénea.