En la orilla del lago Costanza, junto a la reserva natural del delta del Rin, el embarcadero Nordwesthaus funciona como punto de encuentro para los usuarios del puerto Rohner. Situado en la región austriaca de Vorarlberg en el muncipio de Fußach, el recinto es propiedad de la familia Rohner y durante generaciones formó parte de su negocio de extracción de áridos, pero en los últimos años se ha renovado y transformado en un pequeño puerto deportivo. En el año 2004, Baumschlager Eberle Architekten —que ya habían construido dentro del mismo complejo una pieza elevada para albergar un espacio administrativo— recibieron el encargo de proyectar una sala de reunión y descanso.

Nordwesthaus se concibe como un prisma escultórico y lírico, cuyas dos envolventes evocan una planta sumergida que crece hacia la luz. La capa exterior está formada por planchas de vidrio translúcido texturizado, que producen el efecto de una superficie congelada, mientras que la interior es una estructura portante de hormigón con formas sinuosas. A pesar de su apariencia irregular, esta retícula orgánica se construye a partir de cuatro tipos de armaduras modulares y nueve tipos de encofrados que se combinan entre sí para dar lugar a las diferentes geometrías. De esta forma, se racionaliza el proceso de hormigonado, que se divide en diez fases, y se minimizan los costes. La segunda piel, por su parte, se apoya en la primera mediante una subestructura metálica. En lugar de disimular los encuentros, los diferentes paneles semitransparentes se enmarcan con perfiles de color negro, enfatizando así el contraste entre la geometría biomorfa del hormigón y la partición ortogonal del vidrio. Esta superposición de materiales y formas hace que el edificio ofrezca una imagen distinta en función del punto de vista y la incidencia del sol. Durante el día, el interior se transforma en un caleidoscopio que refleja lo que ocurre alrededor; mientras que, por la noche, un sistema de iluminación integrado en la fachada desvela lo que sucede dentro como si se tratara de una placa de rayos X. Algunos de los paneles se abren para permitir la renovación del aire mediante un sistema de poleas y cables.

El espacio, que se alquila para eventos, cuenta con un amarre para un barco a nivel del agua, un aseo en una altura intermedia y un gran espacio de 80 m² con una altura libre de 8,8 metros. La puerta principal, delimitada por un gran umbral de hormigón, está conectada con el terreno a través de una estrecha pasarela, de manera que el edificio se percibe como un prisma exento sobre el agua.