Embajada de México, Berlín

Teodoro González de León  Francisco Serrano 


Situada entre el Tiergarten y el Landwehrkanal, la embajada de México ocupa la esquina nordeste de una manzana de edificios exentos que tiene por todo denominador común una línea de cornisa a 18 metros de altura y unas alineaciones de fachada que dibujan los límites de la calle. Ciñéndose al volumen prescrito por la normativa, el edificio ocupa una parcela rectangular hacia la gran avenida que parte hacia el sur del Grosser Stern, el hito en el corazón del parque desde el cual se puede contemplar la puerta de Brandemburgo.

Dos grandes pórticos de hormigón enmarcan los parteluces verticales que configuran las fachadas principales al este y al norte, estableciendo un juego perceptivo de opacidad y transparencia. Dependiendo de la posición del observador, los dos alzados que definen la esquina más visible del edificio se presentan bien como un sólido macizo de superficies estriadas, o bien como dos celosías ligeras de estrechos nervios verticales. En el mayor de estos frentes, la entrada se abre en el lugar donde el filtro de lamas pasa de ser inclinado a alabearse en un paraboloide hiperbólico. Esta monumental pantalla de costillas de hormigón no deja adivinar el gran vestíbulo cilíndrico que atraviesa toda la altura del edificio y sobresale por la parte posterior.

El programa se distribuye a lo largo de las cuatro plantas levantadas sobre el sótano de aparcamientos y servicios, atendiendo a sus distintas necesidades de privacidad. Así, en planta baja se disponen el vestíbulo, el salón de actos y una galería de servicios consulares, mientras la cancillería ocupa los niveles superiores y cuenta con acceso directo a la terraza ajardinada que ofrece sobre la cubierta una vista privilegiada sobre el Tiergarten y los principales monumentos de Berlín. Respetando la contención prusiana de la nueva capital alemana, el edificio renuncia con su envolvente blanca a los vivos colores de la tradición mexicana. Sólo el abujardado de estas superficies de hormigón introduce la condición artesana de sus construcciones vernáculas…[+]