La creación de la Universidad Libre de Berlín en 1948 marcó el renacimiento de la educación liberal después de la Segunda Guerra Mundial y desde entonces ha ocupado un papel central en la vida intelectual de la ciudad. En la actualidad, con más de 39.000 estudiantes, es la universidad más grande de Berlín. El proyecto incluye la remodelación de su edificio original, la restauración de la fachada y la creación de un nuevo volumen para la biblioteca de la Facultad de Filología.

El campus fue diseñado como un mat-building en 1963 por Candilis, Josic, Woods y Schiedhelm, y la primera fase se completó en 1973. La fachada de acero cortén fue desarrollada por Jean Prouvé siguiendo el sistema de proporciones ‘Modulor’ de Le Corbusier. Este material, utilizado con los espesores adecuados, genera un óxido superficial que protege de la corrosión; sin embargo, las esbeltas secciones diseñadas por Prouvé pronto comenzaron a aquejar los primeros problemas técnicos hasta que, finalmente, se tomó la decisión de realizar una profunda rehabilitación. Así, el antiguo revestimiento ha sido sustituido por un nuevo sistema de bronce, en el que la pátina del tiempo emula los colores de la fachada original.

La nueva biblioteca ocupa el espacio creado a partir de la unión de seis patios del campus. Sus cuatro niveles están contenidos dentro de un cerramiento doble con forma de burbuja, que se apoya sobre una estructura triangulada de perfiles tubulares de acero. La capa exterior alterna paneles de aluminio y de vidrio mientras que el interior está revestido con placas de fibra de vidrio combinadas con una membrana traslúcida. Esta piel interna filtra la luz del día y crea una atmósfera de concentración, mientras que una serie de aberturas puntuales introducen destellos de luz. Las estanterías se sitúan en el centro de cada planta, rodeadas por escritorios de lectura que recorren su perímetro. El perfil sinuoso de los forjados genera una secuencia en la que cada escritorio avanza o retrocede respecto al resto, creando espacios de trabajo amplios y luminosos.

Diseñado para consumir un 35 por ciento menos que una obra equivalente, la estrategia energética del edificio se basa en la doble piel del cerramiento que introduce luz natural difusa y permite la circulación del aire mediante paneles abatibles. Además, un sistema geotérmico aprovecha el efecto chimenea para introducir aire frío o caliente a través de conductos embebidos en el interior de la estructura de hormigón, que actúa como acumulador térmico. Por su forma craneal, la biblioteca se ha ganado el sobrenombre de ‘El cerebro de Berlín’.