El edificio Honeycomb forma parte de un nuevo conjunto residencial junto al puerto deportivo del complejo hotelero Albany. El proyecto es la construcción de mayor altura del recinto, dentro del que ocupa una posición privilegiada frente a un amplio espacio público. Su nombre remite a las llamativas unidades hexagonales aterrazadas que componen el alzado sur, cuyo patrón alude a las geometrías naturales de los panales y de ciertas formaciones coralinas. Estos espacios están rematados con piscinas individuales —cuya cara exterior es transparente para no bloquear las vistas del bañista hacia el océano— que confieren a la edificación una imagen emblemática. Al iluminarse durante la noche, las superficies de agua animan la fachada, descomponiéndola en cambiantes reflejos. La carga adicional que aportan estos elementos se sostiene mediante vigas de hormigón de gran canto, aprovechadas también para separar los distintos apartamentos.

El programa incluye viviendas de varios tamaños que se combinan en planta según diferentes modelos. El alzado sur, de gran dinamismo, hace patente esta configuración irregular. Las fachadas restantes se conforman con superficies quebradas de vidrio que delimitan terrazas a lo largo del perímetro.