La erupción volcánica de 1957 transformó el paisaje de la isla de Faial en las Azores, enterrando el faro situado en el extremo oeste de la isla y abriendo un nuevo e importante capítulo en la comprensión científica de los volcanes.

Este centro de interpretación trata de arrojar luz sobre estos acontecimientos consolidando la ruina del faro y transformando el paisaje que lo rodea para acomodar un museo subterráneo. El viaje propuesto a los visitantes arranca desde un vestíbulo circular de 25 metros de diámetro al que se accede desde una larga rampa descendente. El vestíbulo, que ocupa la posición exacta de una desaparecida rotonda, está presidido por una imponente columna central, circular y fungiforme, a modo de gran paraguas estructural. La cubierta se encuentra ligeramente elevada sobre el nivel del terreno, permitiendo la entrada de luz a través del espacio intermedio: una banda circular luminosa que refuerza la impresión de ingravidez de la cáscara de hormigón. Encima, la losa se ha cubierto con tierra compactada, dando lugar a un objeto a medio camino entre lo artificial y lo natural que recuerda a las intervenciones del land art. El recorrido finaliza en un cubo de acero y vidrio junto al faro, que posee un acceso independiente y que funciona como mirador.